38. Cómo suicidarse y no morir en el intento.

223 19 12
                                    

De repente, el ambiente se tornó en un completo silencio.

Los pájaros dejaron de cantar.

El cielo ya no era tan azul.

Y escuché un corazón romperse. Era el mío.


No supe qué decir, ni qué hacer. Lágrimas caían por mis ojos desinteresadamente, la vista comenzaba a doler, toda la tristeza se había acumulado. 

No supe cómo reaccionar, escuchaba la respiración de Harry a mi lado, y pude percibir su mirada sobre mí.

¿Era eso? ¿Se había suicidado?

¿Había muerto?

No, ese chico de orbes miel y mirada noble no podía estar muerto. Él tenía que seguir con vida.

Tenía que vivir un largo tiempo.

Reír junto a sus amigos.

Ir a su primer día de trabajo.

Llevar a sus hijos a el primer día de clases.

Sobreproteger a su hija adolescente.

Pero no, ya no iba a hacer nada de eso.

Porque él había muerto.


-Zayn Malik... ¿murió?

-No, no murió. Se intentó suicidar, es una larga historia, pero como dijiste que no querías saber nada de él, así que... 


Maldito sea el día en que nació Harry Styles.

No entendía nada.

¿Murió o no?


-Dime que pasó con él o te juro que mientras estés durmiendo esta noche iré a tu casa donde sea que vivas y pondré vidrio en los ojos, Harry. ¡Dime si murió! ¡Y explica bien las cosas antes de hacerme pasar por esos sustos!

-¿No que Zayn no te importaba? -preguntó burlonamente.


Miré a un costado, en la mesa se encontraba un agua. El agua que le había traído a Harry para que bebiera, estaba por la mitad.

La tomé entre mi mano derecha, le escupí.

Y se la lancé encima. No me importó que haya empapado los muebles ni sus preciados risos.

Ahora el pobre chico se encontraba temblando de frío, y maldiciendo cosas en susurros.


-Te lo mereces, por burlarte en un momento como éste. Y por decir que se había suicidado, haciéndome creer que estaba muerto. -solté.

Él se secó un poco, intentó calmarse y me miró.

 

-Está bien, Bonnie. Lo siento mu...

-¡No es tiempo para tus disculpas! ¡Sólo cuéntame!

-¡Está bien, está bien! -chilló- Todo comenzó cuando te fuiste, hace cuatro años. Un otoño, Zayn volvió a su casa, sin avisarle a nadie. Tomó el cinturón de su padre, se fue a la regadera de su baño y se intentó colgar, pero por suerte, ésta se rompió y sólo fue un susto. Luego de tres meses, en un viaje a Londres, se lanzó del Big Ben, eso sí que le afectó demasiado. Tuvo heridas graves y estuvo en un hospital cinco meses, cuando salió, estuvo en un periodo de "Normalidad", si es que en su estado se le puede llamar así, por dos meses -suspiró- Luego se tomó todas las pastillas que habían en su casa, suerte que su padre lo encontró a tiempo, su madre no tuvo más remedio que internarlo por un año. Un año de terapias, psicólogos, camisas de fuerza, con mucho esfuerzo salió de allí, pero cuando lo hizo, cambió totalmente. Siempre mira al vacío, casi no presta atención, se hizo tatuajes, se viste de negro, todos su amigos desaparecieron... Sólo quedamos Liam y yo. Cuando venimos de Londres, siempre lo visitamos, lo invitamos a fiestas y a salir un rato, pero él se queda encerrado en su habitación, casi no come y siempre se corta, Bonnie. Está muerto por dentro, y la única que puede sacar a el viejo Zayn eres tú. -murmuró, mirándome a los ojos.

Enamorando a Verónica → zaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora