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Con mano temblorosa, Jungkook giró el pomo de la puerta e ingresó a la habitación 1230. Su corazón latía de forma irregular con cada paso que daba, aterrado de encontrarse de nuevo con la imagen débil de Taehyung y no ser capaz de soportarlo.

Jungkook quería pensar en sí mismo como un hombre fuerte e imperturbable ante las circunstancias, alguien que era capaz de afrontar lo que sea que ocurriera y saliera victorioso de ello; sin embargo, la realidad es que solo era un chiquillo frágil que sentía a su alma quebrarse poco a poco mientras se adentraba en aquella habitación.

El lugar estaba impecable, ni una pizca de suciedad arruinaba el impoluto piso, ni una sola mancha se colaba en la pared blanca. Todo parecía encontrarse en calma, todo, menos el triste castaño que lloraba con intensidad.

—¿Tae? —caminó hasta la cama en medio de la habitación y se posó a un costado de esta.

Él no reaccionó a su llamado, por lo que decidió hablar de nuevo:

—Tae, ya estoy aquí... —su propia voz se quebró un poco—. Estoy aquí contigo, Tae.

El llanto de Taehyung aminoró ligeramente cuando se hizo consciente de la presencia de Jungkook, aunque él aún permaneció con la mirada perdida en algún punto de la pared; no parecía estar viéndola en realidad, solo estaba absorto en la nada.

Jungkook tragó el nudo en su garganta.

—¿Puedes escucharme, Tae? —insistió, tratando de disimular su desesperación—. Estás en el hospital —explicó, por si Taehyung aún no era consciente de ello—. Los médicos te están suministrando líquidos y medicamentos para que te sientas mejor.

Jungkook se detuvo. Si seguía hablando era probable que tuviera que decirle la razón de por qué estaba en el hospital. Aún no sabía si Taehyung lo recordaba, y soltar información como esa de golpe podría empeorar su estado de salud.

No quería que él sufriera más.

—Seokjin hyung está afuera... —murmuró—. Si quieres verlo, puedo ir a buscarlo, él-

—¿Jungkook? —habló Taehyung de repente, su voz sonaba ronca.

Jungkook escaneó con cuidado el rostro del castaño, tratando de interpretar su expresión. Fue difícil hacerlo, él aún derramaba algunas lágrimas silenciosas, aunque ya no se sacudía por el fuerte llanto. Las oscuras marcas violáceas bajo sus ojos hicieron evidente lo agotaba que estaba; pero su mirada, antes perdida, ahora se posaba en su dirección.

—¿Qué ocurre, Tae?

Relamió sus labios con un gesto de incomodidad y Jungkook intuyó que él podría tener la garganta seca.

Se giró hacia la mesa auxiliar junto a la cama, donde los hospitales solían dejar un recipiente con agua para los pacientes. Allí encontró la jarra y un pequeño vaso plástico con tapa en el cual sirvió el líquido. Abrió un compartimento del mueble y sacó una pajilla envuelta en papel para añadirla al vaso, de esa forma sería más fácil para Taehyung poder beberla.

—Toma, Tae —le entregó con cuidado el vaso y espero a que lo tomara—. Te sentirás mejor.

Sí, ojalá un simple vaso de agua pudiera resolver todo lo que ocurrió.

Taehyung empezó a beberlo de forma tímida, sin embargo, después de un par de sorbos, tomó con rapidez el resto del contenido como si de repente hubiera sido consciente de lo sediento que estaba. Jungkook tuvo que rellenar su vaso dos veces antes de que él pudiera sentirse satisfecho.

—Gracias —dijo Taehyung, su voz ya no estaba ronca.

—No fue nada —respondió Jungkook, sintiéndose nervioso por la mirada fija que Taehyung posó en él. Tenía miedo de que hiciera preguntas sobre lo ocurrido y él tuviera que hablar de las acciones repugnantes que Bogum cometió.

Two Loves | KookV♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora