Another, Un Final Feliz.

Después

En una banca de madera, ubicada a las afueras del pequeño pueblo de Yomiyama, se encontraban dos jóvenes de aproximadamente 15 años de edad. Uno era un chico alto y delgado de cabello un poco largo y castaño, su nombre era Kouichi Sakakibara, mientras que su acompañante era una chica de estatura más baja que la de él, tenía un hermoso cabello negro a una altura arriba de los hombros además de 2 extraños ojos bicolor uno rojo y el otro verde cubierto por un parche medico.

Estaban ambos en silencio, escuchando solamente el sonido del viento y de las aves que había alrededor, hasta que Kouichi rompió el silencio -Mei, ¿crees que la calamidad se haya detenido?- cuestionó el chico, a lo que ella solo asintió con una leve sonrisa.

–Comienza a oscurecer– dijo Mei.

–Es verdad, deberíamos regresar– respondió el castaño. Mei solo asintió con la cabeza mientras se           levantaba de la banca seguida por el muchacho.

En el camino a casa ya con la luna comenzando a asomarse se observaba a ambos chicos caminando y sobresalía la figura del joven Sakakibara, que se notaba un tanto nervioso y tembloroso, pero después de unos metros más, se detuvo en seco un instante a lo que Misaki volteo a verlo unos pasos más adelante para ver que sucedía –¿pasa algo, Sakakibara-kun?– preguntó ella con un tono serio, Kouichi estaba observando al piso aún nervioso pero en un breve instante juntó todo su valor entonces su temblor desapareció, levantó la mirada hacia Mei y le tomo una mano, así, muy decidido y de manera directa le dijo:

   –¡Mei!, ¡Te quiero!- Entonces Kouichi soltó su mano y la sujeto de sus pequeños hombros y la miro           directamente  a los ojos con un pequeño sonrojo.

   –Y-yo– estaba por pronunciar la chica.

   –Desde el primer día– interrumpió el chico, que quería continuar antes de escuchar a la pequeña Mei– Cuando te vi, tuve una pequeña intriga por ti, después conforme fui acercándome más a ti y conociéndote mejor, aquel sentimiento de curiosidad se convirtió en cariño, un cariño cada vez más y más fuerte, al inicio no sabía que era ese sentimiento y por la calamidad pensé     que era muy tonto pensar en ese tipo de cosas pero cada vez que te veía... –Dijo en un tono mucho más relajado y dulce antes de tomarla entre sus brazos en un cálido abrazo– y estabas cerca de mi, mi corazón se agitaba y comenzaba a sentir miedo al pensar que algo malo te sucediera, no sabía exactamente por   qué sentía todo eso, pero ahora, no hay dudas, lo sé, es por que ¡Te quiero! te quiero tanto, no quiero que te alejes de mi... por favor.

–Sakakibara-kun– Pronunció Mei con un tono serio y frío como el de siempre, lo cual hizo que el castaño sintiera un pequeño escalofrío y un rechazo próximo, –yo...– continuó la chica, –yo tambien te quiero- logro soltar en un tono notablemente más tranquilo y dulce, con un par de lágrimas queriendote asomar, con lo que correspondió al abrazo que el muchacho había comenzado unos instantes atrás.

Se mantuvieron en ese suave y cálido abrazo, escuchando sus fuertes latidos sincronizarse, así permanecieron hasta que Kouichi la alejó un poco de él de forma suave, sujetándola de los hombros y al observar el rostro de la chica, no pudo evitar quedar paralizado a causa de su belleza, además que está vez tenía una hermosa y sincera sonrisa que jamás había visto en ella acompañada de un leve sonrojo en sus mejillas. Sakakibara no podía resistir así que poco a poco fue acercándose más a ella, hasta que sus rostros estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro, entonces el castaño se acerco unos centímetros más hasta que sus labios rozaron y lograron unirse en un cálido y tierno beso.

Después de unos instantes se separaron y sonríe son levemente el uno al otro, siguieron su camino tomados tímidamente de la mano a un lado del lago, bajo el único testigo de lo ocurrido, una hermosa y brillante luna que iluminaba la noche.