Helpless but dangerous

Capitulo 10| Dejame estar a tu lado

Rece, rece y rece. Rogué de rodillas hasta que se me entumieron las piernas y las manos, de tanto apretarlas una contra otra, se me pusieron rojas. Le rezaba a los santos, a los dioses y a los espíritus por la piedad que jamás habían tenido conmigo. Les suplicaba que me dieran una indicio de lo que debía hacer. Deseaba que se llevaran mis penas y mis lágrimas y las remplazaran por algo mejor. Por algo mejor... Cuando abrí los ojos otra vez, cerré los labios en una fina línea y volví la mirada hacia abajo.

Mi máscara estaba como nueva.
Solté un suspiro, derrotado una vez más. Apoye las palmas en el suelo de mármol color vino y gruñí, mis ojos se encendieron en una llama verde que titiló en el suelo. Bien, nadie me escucharía, ¿quien querría hacerlo? Yo mismo expiaría mis pecados de tal forma que nadie, absolutamente nadie jamás se atrevería a volver a alzarse contra mi. Me puse una vez más la máscara, escondiendo la horrible cosa que se ocultaba y asechaba cuando nadie miraba las sombras a su espalda.

De pie en el umbral ya no me derrumbaría, al menos no ahora. Debía hacer una estrategia cuidadosa para avanzar, pasos lentos y firmes. ¿Pero como estando en mi posición actual? Con movimientos perezosos volví a mirar a la dama en el ventanal tinto que tenía sus manos juntas como lo había hecho yo, tal vez rogándole a alguien también. Ella seguirá rezando por mí, si, rezaría por mí cuando nadie más lo hiciera. Sonreí un poquito ante la idea.

—¿Dream? —Oí la voz de Phil que me llamaba desde el pasillo a mis espaldas.

Mientras los pasos se acercaban mi mente trabajaba en un enredo.

—¿Philza? —Vi sobre mi hombro mientras Phil aparecía en el marco de la puerta, preocupado.

Se acercó a mi a zancadas grandes con una expresión aliviada.

—Gracias al cielo, pensé que te habías marchado.

Se detuvo a un paso de mí y me tomó del hombro, acariciandose la nuca en un gesto avergonzado.

—Disculpa a Techno, de verdad no quiso ofenderte —suspiro con pesadez y me soltó, su sonrisa amable jamás desapareció—. No queríamos tocar un tema sensible para to...

—Perdona la rudeza de mis palabras de hace un momento —lo interrumpí con indiferencia, mirando de nuevo al ventanal, hacia la mujer iluminada por la luna menguante—. No me exprese bien. Tal vez fui demasiado directo, sin embargo no creo que debí de haberlo llamado...

—Ignorante, querrás decir. —respondió Phil con una expresión un poco más seria y encalmada.

Yo asentí en silencio, aún con el mentón arriba.

—Lo siento.

—No hay de que disculparse... —él volvió a suspirar y siguió mis ojos hasta el ventanal—. Tenías razón... No sabemos que es ser tu. Tal vez jamás lo sepamos.

—Ser yo es un infierno, Phil.

—Ser tu es ser un Dios, mierda —Su voz sonó afligida, un poco filosa y con sentimientos que no pude descifrar. Ladee la cabeza, Phil se acarició la sien—. Por todos los Santos, Dream. No puedo creer que no te hayas dado cuenta —Espere que siguiera—. Eres único, muy especial e importante, por más cruel y horrible que seas tú eres una pieza clave en todo. Te hiciste dispensable y lo sabes, estoy complemente seguro de que tú eres consiente del peso de tus acciones. Sabes muy bien porque Quackity quiere matarte, Dios santo. Y... —Tomó aire, cada vez más alterado— Y carajo... Ahora que sabemos que de verdad tienes magia eso lo cambia todo, existe una oportunidad de ganar.

—¿Ganar qué exactamente? No hay nada que ganar, ¿de que va todo esto? Y, ¿si algo malo sale de todo este jueguito suyo? —Hice una pausa, calmando mi respiración alterada—. No es divertido ser el pequeño juguete entretenimiento de Quackity, nada divertido. Es más, es totalmente absurdo todo esto —Hice una seña con las manos, abarcando todo el salón, todo el mundo entero, la situación completa—, esto, es un puto circo. Ni siquiera es una apuesta de suerte es una maldita locura total. No hay ningún ganador o algún perdedor, simplemente hay muerte, muerte y guerra. Eso es todo.