Defense | Johnmark.

08

El silencio pesaba en la habitación después de que Hyuck se alejara. Taeil permaneció de pie en el umbral de la puerta, sintiendo el peso abrumador de la culpa aplastándolo. Sabía que había herido a Hyuck profundamente, y el dolor en su pecho era casi insoportable. Con paso lento y pesaroso, se alejó de la casa del menor, sintiendo cada paso como una carga adicional sobre sus hombros.

Mientras tanto, en la habitación, Mark observaba a Hyuck partir con una mezcla de preocupación y tristeza. Sabía que algo importante había ocurrido entre él y Taeil, pero no tenía idea de los detalles. Decidió darle a Hyuck algo de espacio y tiempo para procesar lo que sea que estuviera sintiendo en ese momento.

Hyuck caminó por las calles, perdido en sus pensamientos y emociones. El dolor y la traición se arremolinaban en su interior, haciendo que cada paso fuera más pesado que el anterior. Se sentía perdido y confundido, sin saber qué hacer o a quién recurrir en busca de consuelo.

Finalmente, después de caminar sin rumbo durante un tiempo, Hyuck se encontró frente a un parque tranquilo. Se dejó caer en un banco solitario, sintiendo el frío metal contra su piel. Cerró los ojos y dejó que las lágrimas fluyeran libremente, sin preocuparse por quién podría verlo en ese estado vulnerable.

El sonido de un suspiro cercano lo sacó de su tristeza momentáneamente. Abrió los ojos para encontrar a una anciana sentada en el banco junto a él, mirándolo con compasión en sus ojos arrugados.

— ¿Estás bien, joven? —preguntó la anciana con voz suave, ofreciéndole un pañuelo de papel con manos temblorosas.

Hyuck tomó el pañuelo y se secó las lágrimas antes de responder.

— No realmente. Tuve una pelea con mi-... un amigo y me siento terrible.

La anciana asintió con comprensión, colocando una mano reconfortante sobre la de Hyuck.

— No te voy a juzgar muchacho, si es tu novio está bien. Las peleas son difíciles, pero a veces son necesarias para resolver problemas. ¿Quieres hablar al respecto?

Hyuck vaciló por un momento, pero finalmente decidió que necesitaba desahogarse con alguien.

— Esa persona me mintió y me traicionó, y ahora no sé qué hacer. Me siento tan perdido.

La anciana escuchó atentamente mientras Hyuck le contaba sobre su relación con Taeil y lo que había sucedido esa tarde. Con cada palabra que decía, Hyuck sentía un poco del peso en su corazón aligerarse.

Después de escuchar la historia de Hyuck, la anciana le dio un sabio consejo.

— A veces, el perdón es más poderoso que el resentimiento. No dejes que el dolor te consuma. Habla con él y trata de entender su perspectiva. Tal vez haya más en la historia de lo que crees.

Hyuck reflexionó sobre las palabras de la anciana, sintiendo una chispa de esperanza en su interior. Sabía que no sería fácil, pero decidió que valía la pena intentarlo. Se levantó del banco con determinación, agradeciendo a la anciana por su consejo.

— Gracias por escucharme y por sus palabras sabias. Voy a hablar con él y tratar de arreglar las cosas.

La anciana le sonrió con amabilidad, deseándole lo mejor en su camino.

— Te deseo toda la suerte del mundo, joven. Recuerda, el perdón es un regalo que te das a ti mismo.

Hyuck asintió con gratitud antes de alejarse del parque, con un nuevo sentido de propósito y esperanza en su corazón.

Mientras tanto, en la casa de Hyuck, se encontraba un abatido Mark, el joven estaba despierto, sumido en sus propios pensamientos y preocupaciones. A pesar de su agotamiento físico, su mente seguía dando vueltas sin descanso. Se preguntaba cómo podría ayudar a Hyuck y qué pasaría cuando regresará a su casa. El miedo y la incertidumbre lo mantenían despierto, pero sabía que debía encontrar una manera de salir de este tipo de vida, ya estaba llegando al punto dónde no podría más.

Rogaba al cielo para que su vida cambiará a una dónde el fuera feliz con su madre, sin que su padre los maltrate, dónde ellos sean felices, sin temor alguno, dónde no tenga que evitar su propio hogar.

Cerró los ojos y se dejó llevar por el cansancio, esperando que el sueño lo llevara a un lugar de paz y claridad.