1. Él no lo haría

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«Dime en qué me equivoqué, dímelo y lo arreglaré»

–Se que te vas, HA*ASH

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Changbin no lo haría. Él sería incapaz de ser infiel y mentirle a Félix. 

… ¿Verdad?

Félix limpió rápidamente con el dorso de la mano las lágrimas que se acumularon en sus ojos, tratando de mantener la calma para no sucumbir a la locura. Para no perder la jodida cabeza y provocar una pelea por algo que, probablemente, se trataba de un error. 

Que esperaba fuera un error. 

Levantó las sábanas de un tirón, y de inmediato, el repugnante olor de omega en celo llenó sus sensibles fosas nasales, un nudo de horror asentándose en su garganta. 

No. Él no lo haría. 

Se negaba a creer que Changbin, su Changbin, lo había engañado. 

Simplemente no podía ser cierto. 

En cinco años de maravillosa relación, Changbin jamás había mirado a otra persona que no fuera él. Estaban enamorados, viviendo su mágica historia romántica de cuento de hadas. Eran compañeros. Ahora, la sola idea de que todo hubiese sido una cruel mentira le rompía el corazón a Félix. 

Porque Changbin no podría haberse acostado con Hyunjin en la cama de Félix. 

Tenía que ser una equivocación, o una broma de muy mal gusto. No una realidad atroz. Porque Hyunjin era su mejor amigo, también el mejor amigo de su alfa y un amigo de banda. Él no podía traicionar su confianza de esa manera tan ruin. 

…¿O sí? 

Félix intentaba no imaginarse el peor de los escenarios mientras quitaba las cobijas que apestaban a feromonas ajenas de su… nido, pero parecía una tarea imposible de realizar. Con cada brusco forcejeo, sus pensamientos lo atormentaban y le mostraban una tétrica imagen de ellos dos desnudos, follando encima de las almohadas y mantas favoritas de Félix, destruyendo el nido donde algún día mantendría a salvo a los cachorros de Changbin. 

No podía soportarlo. 

La sola idea de que el alfa a quién amaba se hubiera entregado a alguien más mientras él cumplía uno de sus sueños al ayudar a los niños en un voluntariado lo destrozaba. Changbin no podía ser así de inhumano. Él lo quería, se lo había dicho entre besos una y otra vez durante años. Sin embargo, las dudas no lo dejaban tranquilo. Necesitaba respuestas del mismo hombre que sembró la incógnita. 

Sin dirigir una última mirada a su profanado lugar seguro, corrió lejos de la habitación en busca de su teléfono. Una vez tuvo el objeto en sus manos, se detuvo, sintiéndose como un ser humano despreciable. 

¿Cómo es que podía desconfiar tan fácilmente de Changbin? Era injusto. Changbin, quién se había dedicado desde el primer día en que se conocieron a hacerlo feliz y amarlo a diestra y siniestra, jamás le dio razones para sospechar negativamente de sus intenciones. Todo lo contrario. Valoraba a Félix como un tesoro, la rosa más hermosa y deslumbrante del jardín. Sus ojos siempre encontrándose con los suyos en cualquier lugar donde estuvieran juntos. 

Sus corazones se pertenecían mutuamente. Se amaban con una intensidad devastadora, refulgente como las estrellas más preciosas del manto nocturno. 

Incluso los fans de habían dado cuenta de las nada sutiles muestras de afecto. Changbin y Félix gravitaban uno alrededor del otro todo el tiempo. Era imposible creer que su relación se trataba de una farsa. 

Te lo prometo, mi amor | ChangLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora