#44 "A nuestra manera"

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No dejaba de admirar la hermosa criatura que flotaba frente a mis ojos. Su pequeño cuerpo se estremecía con cada sonido, como si estuviera consciente... aunque no fuese así. Una sensación cálida recorría mi cuerpo mientras rozaba mis manos sobre el contenedor. 

—Pero... ¿Cómo? —Hablé con preocupación— Cedí mi puesto para el avatar hace meses, siquiera tomaron mi genoma...

—Es un regalo, Soe —Arthur me interrumpió y caminó hacia una de las computadoras, manipulandola unos segundos—. No entraré en los detalles. Y déjame recordarte que un protocolo importante al empezar a trabajar aquí, es la extración del genoma de todos los científicos. 

Entonces asentí con el seño más relajado. Todas las piezas se juntaron.

—Buscaste mi genoma en los laboratorios de la tierra... Arthur, esto es demasiado —La voz me temblaba ligeramente, aún conmocionada por dicho regalo—. Debió costarte el sueldo de veinte años. 

Arthur llevó su mano al pecho, exagerando su expresión mientras me observaba. 

—Oye, eso dolió. Para tu información no me muero de hambre, gracias. —Respondió con un tono sarcástico, y luego me hizo una señal para acercarme a la computadora—. Mira, sus signos vitales están desarrollándose en perfectas condiciones... Soe —Arthur notó mi preocupación y entonces intentó cambiar de tema, tomándome por los hombros me dirigió la mirada—. ¿Porqué te pones nerviosa? Es solo un regalo, mí regalo ¡Tu avatar está a mitad del crecimiento, no hay vuelta atrás! en unos meses podrás salir a explorar los peligrosos bosques de Pandora, en la comodidad de este laboratorio. 

Me acariciaba los hombros con suavidad. Sabía que sus intenciones eran las mejores, mi atención se posó en el avatar una vez más, verla descansar me tranquilizaba ciertamente... 

—¿Acaso tienes prohibido ser feliz justo ahora? 

Liberé un suspiro pesado, tanto así que mis hombros se cayeron liberando tensión. 

—Gracias, Arthur. —Mis labios se curvaron en una sonrisa sincera. Y Arthur parecía satisfecho. 

El Doctor Arthur Collins... uno de pocos a quien puedo llamar "Amigo." Me asustan las personas buenas, nunca sabes lo que puede pasar con ellos... Me pregunto si soy una de esas personas, o solamente sigo en modo supervivencia. 

Ciertamente estaba abrumada por tantos acontecimientos en un solo día, apenas logré dormir esa noche, y a la mañana siguiente desayuné sentada frente a la cápsula del avatar... Daba pequeños sorbos a mi café mientras pensaba en todas las posibilidades a futuro. Estaba tan emocionada que mis piernas apenas se controlaban. Cuando estudiaba el desarrollo de los avatares en la tierra, no se sentía de la misma forma, tal vez porque esta vez, esta pequeña frente a mis ojos, es parte de mí. 

Neteyam no tardaba en llegar, deseaba tanto enseñarle mi avatar, que siquiera me termino el café por las ansias. No pasó mucho cuando escuché el revoloteo de un Ikran fuera de la base, la inconfundible fuerza de las alas de Duna. 

Me apresuré hacia la entrada casi olvidando la máscara de oxígeno. Toda la emoción en mí es interrumpida al salir al exterior. Dos militares, portando a sus avatares, parecían hostigar a Neteyam con sus armas. 

—Los nativos no pueden estar aquí. —Escuché a uno de ellos. 

—Este idiota no entiende nuestro idioma. —Aportó el otro con una risa burlona. 

Neteyam se mantenía firme como un árbol, observaba a los sujetos con las cejas levantadas, como si toda esta situación lo habría tomado por sorpresa. Sus manos calmaban a Duna, quien comenzaba a gruñir a los intentos de militares. Claramente no se sentía intimidado, pero la situación no dejaba de ser incómoda.

DON'T DESERVE YOU | Neteyam fic, AvatarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora