Greg Feder
Fuimos a cenar a un restaurante y ahora miraba por la ventana del restaurante a Emma, André se me acercó.
- Háblale - me dijo.
- ¿Qué? - pregunté.
- Háblale tío, no habéis parado en toda la cena - contestó.
- Bien... Allá voy - dije saliendo.
- ¡Ánimo! - gritó y reí.
Salí fuera y allí se veía ella mirando las estrellas, dios, se veía tan linda. Espera ¿qué? No puede ser, ¿le dije linda a Emma Higgins? No, no. Haber es linda pero... Es una niña.
- ¿Qué haces? - pregunté sentándome a su lado.
- Mirar las estrellas, desde aquí son una preciosidad, ¿no crees? - dijo sonriendo.
- Tienes una sonrisa muy bonita - dije y ella me miró.
Nos quedamos mirándonos fijo por un momento, ninguno apartaba la mirada y yo no tenía intención de hacerlo. De repente me miró los labios, si había algo que sabía, eso era que me quería besar, ¿yo la quería besar? Haber no estaría... ¿Mal? Bien, solo acercaré mi cabeza. Me incliné hacia delante un poco y ella hizo lo mismo, juntamos nuestros labios, eran suaves... Dios mío, acabo de besar a una chica...
Acabo de besar a Emma Higgins.
- Eso estuvo bien - dije al separarnos.
- Si... - sonrió.
Salió Simon y se sentó al lado de Emma.
- ¿Crees que mamá estará viendo las estrellas? - preguntó él pequeño.
- Seguro que si - sonrió Emma, tenía ganas de volver a besarla.
- Greg, tus papás dicen que te vas el domingo a primera hora de la mañana - me dijo Simon.
- Es cierto... Milan - dije, no quería irme quería quedarme con Emma, André, Simon, Charlotte...
- Si, estarás tres noches y con una play station en cada habitación... - dijo Emma desanimada.
Salieron los adultos y nos dijeron que ya íbamos a casa.
Llegamos, me puse el pijama e intenté dormir, no dejaba de pensar en mí beso con Emma y en la habitación escuché alguien como... ¿Lloraba? Me giré y vi a Emma en la ventana.
- ¿Emma? - pregunté bajo - ¿Estás bien? ¿Qué pasa?
Noté como me miró y me abrazó, no se lo rechacé y le seguí el abrazo. Al separarnos me cogió de la mano y me llevó al jardín.
- ¿Qué pasa? - pregunté de nuevo.
- Greg... Si te cuento algo, ¿guardarás el secreto? - yo asentí -. Cuando tenía 5 años y Simon 1 nuestra madre se echó una nueva pareja, llevaba un año soltera ya que lo había dejado con mi padre y su nueva pareja nos empezó a tratar mal, sobre todo a mi. Mi madre nos mandó a vivir con mi padre y él había noches en las que llegaba con una tía a casa y se emborrachaba, entonces me quedaba con los Lamonsoff, McKenzie y el entrenador... Simon cree que nuestra madre tenía mucho trabajo y por eso vivimos con mi padre pero... No es así y las cosas se complican cada vez más... Cuido de Simon, a veces de mi padre pero siento que- - la interrumpí besándola. Pensé en darle un abrazo pero era mejor esto ya que abrazar no era lo mío y también tenía ganas de hacerlo. Ella pasó sus brazos por mis hombros y yo los míos por su caderas. Era perfecto un beso bajo las estrellas.
- Emma, ahora vas a poder contar conmigo, y yo cuidaré de ti y si es necesario de Simon - dije cuando nos separamos.
- Pero te vas a ir Greg - respondió. Era verdad, me iría pronto.
- Yo... Le diré a papá de venir aquí a vivir, quiero estar contigo Ems - sonreí.
- Gracias Greg - me dijo y de la mano le llevé la columpio de mamá Ronzoni.
- Sabes, escuché una vez que las personas que mueren se convierten en estrellas - dije pasándole un brazo por los hombros -. Tal vez, el entrenador sea la estrella más brillante.
- ¿Crees eso? - preguntó.
- Si - contesté.
Estuvimos en silencio, no incómodo, era perfecto, no había necesidad de decir nada. Noté como cerró los ojos y se dormía y yo hice lo mismo.
Algo me despertó y era el sol, mierda, Emma y yo nos habíamos quedado dormidos fuera, en el columpio. La desperté rápido.
- Vamos Ems - dije. Al ver que no tenía intención de moverse la cogí y la llevé arriba. Por desgracia el perro de los Lamonsoff empezó a... ¿Ladrar? Escuché a papá hablar y después a Eric, pasé de ellos y llegué a la habitación, acosté a Emma y luego me dormí yo.
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Niños Grandes - Greg Feder y Emma Higgins || Terminada
HumorLa muerte de su entrenador de baloncesto durante su infancia provoca la reunión de algunos viejos amigos, quienes se ven en el lugar en el que celebraron un campeonato años atrás. Los compañeros hablan sobre sus esposas y sus hijos, y descubren que...