Capítulo 55: Reglas

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Con la prisa latente, Dulce ingresó al elevador de la oficina, sacando su celular apresuradamente. Rápidamente, envió un mensaje a Anahí, disculpándose por el retraso y asegurándole que estaba en camino. Cuando las puertas del elevador se abrieron, Dulce salió con paso veloz y se dirigió directamente al coche. Sin perder ni un segundo, encendió el motor y se dirigió hacia su nuevo hogar, ansiosa por llegar y continuar con sus planes para sorprender a Christopher.

El mensaje de Luna hizo que Dulce se detuviera por un momento al llegar a la casa nueva, sintiendo una mezcla de orgullo por las calificaciones que veía en una foto y preocupación por la solicitud de salir por la noche al escuchar el mensaje de audio. Tomando un momento para reflexionar, Dulce decidió responder con cautela. Escribió un mensaje elogiando las calificaciones de Luna y expresando su orgullo por su trabajo duro. Sin embargo, le recordó la importancia de ser responsable y respetar las reglas establecidas, también le pidió a Luna que le proporcionara más detalles sobre la fiesta, como quién estaría allí, si habría supervisión de adultos y a qué hora planeaba regresar a casa. Además, le recordó a Luna que cualquier decisión debería ser tomada en consulta con ella y su padre.

Después de enviar el mensaje, salió del coche y caminó hacia la casa nueva, llevando consigo la conversación con Luna en su mente mientras se preparaba para ver a Anahí y continuar con los preparativos del hogar. Antes de que pudiera ingresar otro mensaje de Luna la volvió a detener por completo mientras leía que la adolescente le decía que Pablo, quería hablar con ambas sobre el tema de las salidas de Luna algo que a Dulce no le caía en gracia, no quería verlo, ni mucho menos tener problemas con Christopher a causa de él.

Dulce redactó un mensaje para Luna, explicándole que prefería discutir el tema más tarde, cuando pudiera hacerlo junto a Christopher para asegurarse de que todos estuvieran en la misma página y evitar malentendidos. Le propuso la posibilidad de reunirse más tarde en un bar para hablar los tres sobre el tema. Después de enviar el mensaje, se concentró en los preparativos con Anahí, tratando de mantener una actitud positiva a pesar de la preocupación que la situación con Pablo le causaba. 

Con una sonrisa radiante en el rostro, Dulce se sentía emocionada al ver la casa completamente en orden y acomodada, cada rincón hablando de su relación con Christopher y de los momentos felices que habían compartido juntos. Decidió que era el momento perfecto para añadir un toque personal a la decoración y hacer que el hogar se sintiera aún más acogedor y lleno de amor. Con entusiasmo, tomó los cuadros que había comprado previamente y sacó las fotografías de su bolso. Con cuidado, comenzó a colocar las imágenes en los lugares elegidos: una foto de ella y Christopher juntos en un marco elegante en la sala de estar, una foto de Luna en su habitación, y algunas fotos de su embarazo en el dormitorio principal. Cada vez que colocaba una foto, Dulce recordaba con cariño los momentos felices que representaban, con cada cuadro colocado, el hogar cobraba vida con recuerdos y emociones, convirtiéndose en un reflejo de su amor y felicidad compartida.

Con todo en orden y listo, Dulce se acercó a su cuñada Anahí y la abrazó con gratitud, agradeciéndole por todo el arduo trabajo que había realizado para dejar la casa en perfectas condiciones. Le aseguró que su asistente se encargaría de compensarla económicamente por su labor. Con un gesto de despedida apresurado, Dulce se preparó para regresar a la oficina, sintiendo el peso de la conversación pendiente con Christopher sobre lo sucedido con Luna y Pablo. Aunque estaba ansiosa por abordar el tema y resolverlo, también se sentía preocupada por las posibles complicaciones que pudieran surgir. 

Al llegar a la oficina con la delicadeza y cautela que requería la situación, Dulce se acercó a Christopher, quien estaba concentrado en su trabajo en la computadora. Tomó un suspiro suave antes de cerrar la puerta y avanzar hacia él, tratando de evitar cualquier tensión innecesaria. Con suavidad, se sentó sobre su regazo, sintiendo la mirada de Christopher sobre ella de inmediato. Sabía que su gesto de afecto repentino podría indicar que tenía algo importante que discutir, algo que probablemente no le agradaría. Christopher levantó la mirada de la pantalla de la computadora al sentir el peso de Dulce sobre su regazo, y en ese instante su preocupación se reflejó en sus ojos mientras esperaba a que Dulce empezara la conversación.

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