Capítulo 29

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   Cuándo el rubio entró en su oficina, Jungkook estaba sentado en el escritorio. Frenó de golpe al verlo y levantó una ceja...

— ¿Me esperaba?

— ¿Dónde estabas?

— ¿Por qué?

— El chófer, al cual estuve a punto de matar por no cumplir su trabajo, me contó dos cosas interesantes: una, es que un bonito ramo de flores llegó a tu departamento y otra es que nunca te trajo. Al parecer, ya te habías ido.

— Oh — sonrió... Es verdad, las flores me las mandó Kai. Muy lindas, por cierto. Con respecto a su chófer, tenía que ir por algo privado y no quería tenerlo encima.

— ¿Viste el día que es hoy? — su semblante era calmado. Lo que gritaba "Jodidamente enojado".

— Claro que lo sé — abrió su camisa y mostró el collar de plata debajo — fui por algo para usted — caminó hacia él y mostró unas esposas que había comprado de camino — pensaba que podíamos jugar al policía y al ladrón más tarde.

— ¿Por qué Mikkai te envió flores?

— Porque le gusto, ¿no es algo que ambos sabemos? No creo que sea motivo de pelea entre nosotros.

— Yo no peleo, Jimin... Cuando algo me molesta, simplemente lo elimino.

— ¿O sea que lo va a matar? — se paró frente a él y jugó con su cordura, acercándose y alejándose de sus labios mientras hablaba — ¿O me va a matar a mí? — sonrió.

— No me busques — advirtió y dejó bruscamente las esposas sobre la mesa antes de salir de la oficina.

— Idiota — escupió y se sentó a hacer su trabajo. Por suerte, había comprado ese juguete antes de llegar, por si debía tener una coartada. Su negocio estaba a punto de nacer y no iba a permitir que por nada del mundo se arruinara.

A la hora de almuerzo, se sentó en la cafetería, dónde comió solo. Jungkook no estaba por ningún lado, a pesar de que era jueves y tenían horario.
De una de las mesas de al lado, uno de los americanos con los que había hablado la vez pasada, se levantaba. Sonrió al ver al rubio y se acercó.

— Qué agradable es verte.

— Igualmente, señor Brown, ¿cómo le va? — hablaban en inglés.

— Execelente, estábamos en una reunión y decidí pasar por aquí para comer algo.

— Me alegra que todo vaya bien.

— Realmente me llevé muy buena impresión de ti. Sería agradable trabajar juntos en el futuro nuevamente.

Jimin sonrió — Delo por hecho.

— Hasta luego.

— Termine de pasar buen día, señor Brown.

El hombre se fue y el pequeño siguió sonriendo. Cuando estuvo a punto de ponerse de pie para irse, vió entrar a su jefe, sosteniendo a su mujer por la cintura. Tomaron una mesa y se sentaron. Jimin caminó hacia ellos con total gracia y sonrió — Seo-hyun, que bueno verte por aquí.

— ¡Oh! Es el joven del que te hablé — le dijo a Jeon — aún no sé tu nombre, ¿cómo estás?

— Me llamo Jimin y estoy excelente. Solo pasaba a saludar antes de volver a la oficina.

— Luces muy bien hoy.

— Tú también. El señor Jeon tiene muy buenos gustos — movió los hombros y la cabeza suavemente, agregándole sabor a la frase.

Jungkook golpeó su mejilla con la lengua y habló — Amor, Jimin es mi asistente. Olvidé mencionarlo aquél día.

— ¿De verdad? Eso es increíble. Tal vez podamos poner la queja ambos sobre el vino — se rió.

When no ones sees' - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora