—¿Estás bien? —preguntó Frank a su hermano al verlo con la mirada perdida y melancólica. Terry se encontraba parado frente al gran ventanal del despacho de su padre, miraba hacia los jardines de la gran mansión de Richmond—. No vas a contestar tu teléfono está vibrando tienes varias llamadas perdidas es de... —tomó el celular de su hermano del escritorio y añadió—: Es del centro de donaciones, tal vez sea algo importante o ya te arrepentiste de inscribirte en el programa de ayuda.
—Eh... ah..., si, perdón ¿qué dices? —Ay Terry andas pedido será mejor que llames y si te has arrepentido de ser un donante y se los hagas saber.
—De acuerdo —accedió Terry a la petición de Frank.
—Asociación Doazón —contestó una voz femenina.
—Me han llamado de este número, soy Terrence Granchester.
—Si señor Granchester, por favor no cuelgue su llamada será contestada por el doctor Michael Bennet permítame.
Terry no supo si angustiarse o sentir curiosidad fue una rara sensación y nuevamente sintió la opresión en su pecho. Dolor que había estado padeciendo desde hace meses —posó la mano en su pecho y Frank en voz baja preguntó: —¿Todo está bien?
—No lo sé, estoy en espera —activó el altavoz del móvil y una música instrumental se pudo escuchar.
Ambos hombres esperaron unos minutos hasta que se escuchó la voz de un hombre —Señor Grandchester disculpé usted la espera, estaba viendo a un paciente soy el doctor Michael Bennet, trabajo en el hospital de Edimburgo y estoy a cargo del área de oncología. Se trata sobre la donación de médula ósea, nuestros registros han indicado que usted es compatible con uno de nuestros pacientes.
Terry y Frank se miraron sorprendidos no por la donación si no por el hecho que les habían dicho que probablemente podrían pasar años antes de poder ser compatibles con alguien. —Señor Granchester ¿sigue ahí? —preguntó el doctor al escuchar un silencio total.
—Sí aquí está mi hermano —mencionó Frank, supongo que está sorprendido, no pensamos que fuera a ser tan rápido la llamada para el trasplante, mi madre falleció hace poco de cáncer y es por eso que decidimos enrolarnos para ser donantes de médula.
—Siento mucho su pérdida y me alegra saber que dos personas quieren ayudar sin recibir nada a cambio. ¿El Señor Grandchester quiere ser donante todavía? —inquirió un poco temeroso al pensar que aquel hombre se arrepintiera de ser donante—. Hay un pequeño de meses que necesita de usted, no le he dicho a su madre aún que hay un donante compatible primero quería hablarlo yo con usted, pues en caso de que la gente se arrepienta no queremos dar falsas esperanzas a las familias.
—Lo comprendo —respondió.
Es una ventaja y fortuna saber que usted se encuentra en Europa, los Archivos muestran que vive en Londres, nosotros nos encontramos en Escocia para ser más exactos en el Hospital Royal Edinburgh.
La madre del pequeño será muy feliz al conocer la noticia si usted acepta.
Por alguna razón Terry sintió la necesidad de preguntarle al doctor.
—¿Cuántos años tiene el niño? —Solo tiene seis meses
—¿No es aún muy pequeño para un trasplante doctor?
—El pequeño tiene el peso necesario para hacer el procedimiento, que dice aún quiere poder ayudar a salvar una vida. La asociación puede hacerse cargo de sus gastos del viaje y hospedaje.
—Si acepto, y por todo eso no se preocupe yo puedo hacer todos los gastos, lo que me ofrece es mejor que sea para otra persona o Familia en necesidad.
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AL LIMITE
FanfictionLa muerte de su madre lo marcó, las exigencias de su padre lo hicieron duro. Lo único que lo hacía sentir vivo era la adrenalina y la emoción correr a más de 330K/h. Al posar sus manos sobre el volante ahuyentaba los demonios y así sentía poder mant...