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Sus ojos proyectaban el miedo, las ganas de llorar y gritar al estar frente a un callejón sin salida. Sintiéndose impotente, las lágrimas bajaron por sus mejillas. Sus piernas empezaron a temblar, sus manos sudaban frío y su corazón bombeo más fuerte.

Sus pies dieron pasos hacia atrás, siendo cautelosos y silenciosos, hasta que dio el último paso y sintió como su espalda chocaba contra algo duro pero cálido. Su aliento se corto cuando vio como unos brazos abrazaban su cintura y el cálido aliento llegaba a su oreja derecha.

- Aquí estas.- Escucho el susurro, este sonando posesivo y melancólico, dándole un escalofrío a su columna.

- ... Spreen.- El nombre salió seco de sus labios, al igual que estos. Sollozo, viendo como una de las manos empezaba a dejar caricias en su vientre plano, para después subir y agarrar su mandíbula y girarla, obligándolo a verlo. Sus labios se abrieron, dando entender que quería decir algo, pero el pinchazo en uno de sus brazos lo alertó. Sus ojos miraron hacia abajo al no poder dirigir su cabeza por el agarre del otro; noto como una jeringa se alejaba, soltando una pequeña gotita trasparente por la punta, un nuevo Sollozo salio de sus labios.

Quería alejarse, pero el agarre y la escasa fuerza en su cuerpo se lo impedían.

- Por favor.- Nuevas lágrimas bajaron por sus mejillas, cubriendo las secas. Puntos negros empezaban a aparecer en sus ojos, sintiéndolos más pesados, su boca empezó a moverse como si fuera la de un pez al querer hablar y gritar, solo para finalmente quedar inconsciente en los brazos de su antigua pareja.

 Puntos negros empezaban a aparecer en sus ojos, sintiéndolos más pesados, su boca empezó a moverse como si fuera la de un pez al querer hablar y gritar, solo para finalmente quedar inconsciente en los brazos de su antigua pareja

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Sus ojos hormigearon, sintió el frío chocar con su cuerpo desnudo, dejando que su piel se pusiera de gallina. Un calor se instalo en su vientre y un gemido lastimero salió de sus labios. Intento mover sus manos, solo para notar que estas no podían al estar amarradas con lo que parecía ser una cuerda. Sus ojos al fin se abrieron y lo primero que vio fue un techo negro, después una paredes del mismo color decoradas con algunos cuadros que demostraban magníficas pinturas y cuando bajo más su mirada, se encontró con unos ojos violeta que lo miraban profundamente.

Su mente adormilada empezó a recordar lo que había pasado y sintiendo un sentimiento de inquietud, intento liberarse, pararse y escapar, pero noto como su cuerpo no hacía caso, como si este aún estuviera dormido y solo su coincidencia despierta. Intento hablar, pero solo un nuevo gemido salió.

No podía sentir como dos manos empezaban a acariciar su pecho, como esas dos manos iban subiendo hasta su rostro y el cuerpo se ponía encima del suyo, dejando que ambos hombres se miraran más cerca y sus labios a tan solo unos centímetros a tocarse.

No pudo sentir el toque de ambas bocas al juntarse, no el sentir de la frente de Spreen chocar con la suya cuando se separo. No fue posible para él sentir como las manos empezaban a bajar por sus brazos, llegando a su cintura, dejando caricias.

- ... Aj.- Un débil jadeo pudo escapar cuando cerró sus ojos, teniendo miedo por el contrario y sus acciones.

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Llevo uno de los pezones a su boca, empezando a succionarlo y mordelo, mientras que con su mano jugeteaba con el otro. Soltó el pezon, dándole una última lamida y miró a su acompañante que solo observaba el techo y dejaba ir lágrimas por sus ojos. Una sonrisa se poso en sus labios mientras agarraba la cintura de Quackity y la alzaba, para dejar que el cuerpo del menor se pusiera encima del suyo.

Con sus manos, expandió más los carnosos muslos del pelinegro y observo como la entrada de este era expuesta para él. Dirigió uno de sus largos dedos y toco la sensible sona, viendo como el cuerpo contrario se tensaba inconscientemente. Tomo la botella de lubricante que se encontraba a un lado suyo y la destapo, dejando que el liquido bajara y tocara la punta de la hombría de su acompañante. El líquido fue bajando más, llegó hasta los testículos y finalmente al trasero, tapo la botella y volvió a dejarla a un lado suyo.

Su dedo se adentro a duras y sintió las cálidas paredes tensarse alrededor suyo, mientras que con su otra mano empezaba a bombear el pene de Quackity a un vaivén lento, pero exquisito. Suaves gemidos, casi inaudibles se oyeron y sintió como su propia hombría brincaba de exitacion. Un segundo dedo se adentro impaciente como su dueño, ya queriendo terminar la preparación y poder dejar entrar su eje en aquella entrada.

Fueron volviéndose tres, hasta cuatro y en cada momento no pudo escuchar como los jadeos y quejas se iban volviendo más fuertes, que los miembros del contrario empezaban a moverse inquietos, no se dio cuenta hasta que del pene que tenía en sus manos salió un pequeño chorro de semen que mancho su mano, y el gritito que resonó en la habitación junto el sonido de los dedos adentrándose y saliendo de las paredes internas de Quackity.

Los pares de ojos volvieron a encontrarse, uno demostrando la lujuria que sentía y los otros el temor, el asco y tan solo una pequeña mancha de lujuria. El miembro de Spreen volvió a tener una sacudida atrapado en los pantalones de este, dándole el recuerdo que también necesitaba atención.

- Cariño.- Ronronea, dejando a un lado las piernas del menor para que él pudiese ganarse de rodillas y empezar a bajar el cierre de sus pantalones y bajar estos mismos junto a su bóxer, haciendo que quedase expuesto su pene cubierto de pre-semen.

Bombeo su masculinidad con su mano un rato, para después soltarlo y agarrar nuevamente los muslos del menor, apretandolos y escuchando el siseo de dolor de su pareja, dejó que su pene empezará a adentrarse entre ambos pedazos de carne, para empezar a moverse lentamente y ver como su hombría desaparecía por los muslos.

- Spreen ... de‐déjame uh.- La voz somnolienta de Quackity llama su atención, junto a ambas manos de este que intentaban alejar las suyas de su cuerpo. Él sólo aumenta su vaivén, abrazando con un brazo ambas piernas y dejando que una de sus manos una vez más empezaran a masajear la masculinidad del otro.- No, no ah.- Noto como mordía sus labios y dejaba ir su cabeza hacia atrás, levantando sus caderas inconscientemente para más placer. Spreen sonrio y bombeo más fuerte el pene, tocando la ureta con uno de sus dedos, empezando a dejar besos y mordidas por las piernas y muslos de este a su antojo.

Ambos se vinieron, los dos manchando el vientre del pelinegro menor. Uno feliz y el otro impotente.

 Uno feliz y el otro impotente

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No Poder Escapar. [Spreeckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora