❞𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐛𝐞𝐚𝐭❞ (GonKilluGon)

𝗬𝗼𝘂𝗿 𝗛𝗲𝗮𝗿𝘁𝗯𝗲𝗮𝘁

« ¿No somos muy jóvenes para esto? »
Killua pensó.

Habían pasado demasiadas cosas en un corto plazo de tiempo.

Killua cargaba a Gon en su espalda, no sentía nada, tampoco entendía nada. Sólo sabía que tenía algo que hacer, y ese algo era salvar a Gon. Ahora mismo, su vida tan solo dependía de si podría salvarlo o no.

Si, cómo debería ser. Siempre que el azabache se metía en problemas, el jóven Zoldyck limpiaría los restos por él, ya qué sabía que Freecss haría lo mismo por él si lo necesitara.

Aunque... el albino no estaba realmente seguro de lo que estaba cargando, si a un Gon desmayado y cansado luego de utilizar tanto poder o... el cuerpo sin vida de lo que alguna vez fue su mejor amigo.

Killua no quería perder lo que más amaba, no quería perder a su primer amigo, a la primera persona que conoció que no lo juzgo solo por quién su familia lo obligaba a ser.

Gon no merecía nada de esto, Gon era luz, su luz, y debía continuar viviendo para seguir brillando; Killua no podía permitir que la estrella se apagara y dejará de iluminar.

El chico de tez pálida mantenía un rostro serio.
Capaz intentaba ocultar lo que verdaderamente sentía tras una máscara fría, Killua era un experto en ocultarse tras una máscara inquebrantable, toda su vida lo había hecho, pero esta vez era un poco diferente. Su cara podría no decir nada al verla, pero sus ojos... sus ojos decían más de mil palabras al unísono, palabras que no se podían escuchar pero que estaban ahí.

Ojos zafiro estaban por desbordar lágrimas de tristeza, de impotencia, de rabia. Habían demasiadas emociones juntas en aquella mirada azulada, demasiadas emociones encontradas al mismo tiempo, que solo aquellos ojos podían demostrar.

¿Cómo pudo permitir que esto pasará? ¿Por qué no pudo detener a Gon cuando tuvo la oportunidad?
¿Fue el miedo? Quizás era demasiado cobarde, demasiado cobarde hasta para proteger a sus seres queridos, a su ser más querido en todo el mundo, a Gon.

Killua sentía que todo era su culpa.

Se sentía culpable por no ser suficiente, por no actuar.

Pero nadie más lo culpaba a él; nadie podría culparlo, después de todo era sólo un niño que tuvo que aprender a madurar más rápido qué los demás. Era sólo un niño que no tuvo la oportunidad de serlo.
Y cuando por fin sentía que podría ser un niño de verdad como cualquier otro niño de su edad por primera vez, el mundo le arrebató lo que lograba hacer que se sintiera de esa forma.

Era injusto.

Era injusto pero no había tiempo para lamentarse, no había tiempo para quejas, Killua tenía que salvar a Gon.
Si no hacía nada realmente terminaría siendo su culpa que el dulce jóven de ojos color miel, qué hace unos minutos había dejado de ser jóven, muriera.

« Tengo que hacer algo pero.. ¿Qué? ¿Qué puedo hacer yo? »
El cerebro de Killua no paraba de maquinar ideas, ideas tras ideas descartadas al pensar en cada posibilidad y el porcentaje de éxito qué tenía cada una.

« ¿Siquiera puedo hacer algo..? »

...

« Espera... ¡Ya sé! » El albino consideró una posibilidad con grandes esperanzas.

¿Ya había descubierto una solución viable?
Que rápido.

El chico de mechones blancos quedó estático unos breves segundos, ¿De verdad podría hacerlo? No sabía, más bien no estaba del todo seguro de cómo funcionaba pero definitivamente lo intentaría.