"𝗟𝗮 𝗰𝗶𝗻𝘁𝗮 𝗽𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗮" - 𝗕𝘂𝘀𝘁𝗮𝗻𝗴

𝟮

Fang Pov

—Eh, ¿estás seguro, pequeño?—Cuestioné sin mucho esfuerzo, dejándome guiar por Gus, el cual, contestaba burlonamente, como si supiera todo.

—Si, acompáñame a casa, pensé que Buster estaría aquí—Gus se encogió de hombros, suspirando y sosteniendo el globo sin malicia.

No me podía negar a Gus, pues después de todo, era hijo de Buster, y hablando de Buster... ¿¡Qué no había dicho que Gus estaba en casa!?

Abrí bien mis ojos al recordar—¿¡Por qué diablos estás aquí si Buster me dijo que estabas en casa!?—Pregunté en gritos.

Mi pregunta hizo que el niño fantasma exclamara una maldición que apenas pude escuchar—El irresponsable de tu padre me dijo que ya estabas en casa, por eso se fue—Continue parte de la mentira que Buster me había dicho.

—¡Entonces vayamos a mi casa, y Buster se ganará la lección de su vida!—Gus habló como un héroe, cerrando sus ojos con una pizca de drama.

El niño y yo salimos del lugar, esta vez, dándole una verdadera razón a Maisie y con la pura verdad, a lo que sorprendentemente aceptó.

Una vez dimos fuga, llegamos lo más rápido a el hogar de mi amigo, el cual vimos desde lo más alto del techo, hasta el suelo de concreto. Nos atrevimos a pisar el interior de la casa, y parecía estar abandonada, sin ninguna alma.

Se sentía como una estación fantasma, pese a que la casa estuviera buen cuidada y en buenas condiciones.

Nuevamente, Gus me guío con pasos cuidadosos a la recamara de mi amigo, siendo muy habilidosos para encontrar a Buster, con las manos en la masa.

Me adelanté un poco, y el suelo empezó a rechinar, provocando un pequeño "tik" en mi ojo, haciendo sonar un pequeño temblante.

La risita de Gus se escuchó por detrás, aguantando su risa, y provocando la mía por lgual.

Como un adulto conciente, me acerqué primero al espacio cerrado, donde estaba Buster, acercando de poco a poco mi oído a la puerta.

Aleje un poco a el niño, el cual esperaba por el paso seguro, para poder regañar sin más a mi mejor amigo, podía ver la intención del niño fantasma en su cara, a lo que me hacía reir y estar más seguro de husmear un poco los sonidos de la habitación.

Mi sonrisa se había borrado al aclarar mis oídos y escuchar todo con mas fuerza, a lo que no me dio una buena señal y decidí escuchar detenidamente.

Sabía que esto no era algo que Gus podía ver, por todo lo que deducía ahora mismo, asi que, intenté darle una excusa—H-hey, Gus, ¿por qué no vas a Candy Land y me traes dulces extremadamente picantes?, tu padre odia de esos, jeje—Reí nervioso, y claro, a una voz baja para que Buster no escuchara. Le di a entender que todo era parte de la broma que Gus quería hacerle a Buster.