24 de agosto de 1930, Valladolid.
- Señor.- pidió permiso para entrar el secretario.
- Pase, Olegario.- le respondió Recaredo.
- Le vengo a informar de un suceso de última hora, el rey ha disuelto las Cortes Generales y ha convocado elecciones generales.
- ¿Qué? ¿Por qué?- respondió Recaredo sobresaltado.
El diputado nada más oír aquellas palabras, cogió el teléfono y marcó el número del presidente de su partido, La Junta Democrática Nacional. Cuando el dirigente descolgó el teléfono, Recaredo le hizo un gesto a su secretario para que le dejase solo.
- Dime, Recaredo, ¿Qué sucede?
- Eso digo yo, Fernando, me acabo de enterar de que se han convocado elecciones y no nos dices nada.- respondió indignado el diputado.
- Tranquilo Recaredo, ha sido noticia de hace unos minutos y estamos evaluando lo que pasa, todo apunta a que el rey se sentía incómodo con los republicanos en el poder.
- Pero no puede hacer eso, es completamente inconstitucional, Fernando.
- Ya lo sé Recaredo, pero no podemos hacer nada, es lo que hay.
- Pero...
- No hay más que hablar, Recaredo, por cierto, mañana hay convocada una reunión del partido en el Paseo de la Castellana en Madrid, el portal 361, no faltes, hasta luego.- colgó.
Recaredo estaba asombrado. En cuestión de minutos la estabilidad de España se había ido al traste, el rey había disuelto el parlamento sin motivo aparente, lo que sería motivo justificado y razonable para que se produjesen todo tipo de protestas.
Y así fue, tras un par de horas de desconcierto, miles de ciudadanos salieron a las calles a protestar por la acción llevaba a cabo por el rey.
- ¡Recaredo!- entró asustada Fernanda al despacho de su marido.- Hay mucha gente en la puerta de casa y los niños están asustados.
- Llévales al sótano, tengo que hacer una llamada.
Recaredo llamó al director general de la policía local de Valladolid.
- ¿Qué estáis haciendo que no estáis en mi casa?- dijo Recaredo enfadado nada más descolgar.
- ¿Qué ocurre, señor?
- ¡¡¿¿Que qué ocurre?!!? Hay una multitud enfurecida a las puerta de mi casa clamando por la cabeza del rey, señor.
- Lo siento, pero tenemos órdenes del gobierno de no actuar.
- ¿Quién le ha dado esas órdenes?
- No puedo proporcionarle dicha información.
- ¡¡Contésteme!!
- El subdelegado del gobierno, señor-
- Muchas gracias, hasta luego.-
Estaba claro que aquella era la respuesta del gobierno hacia la oposición a la que parecía veía culpable de su expulsión. Recaredo se vio en la tentación de tomar la justicia por su mano, pero supo las consecuencias que una eventual respuesta violenta tendría en el panorama político.
Recaredo enseguida pensó en el motivo que le habría llevado al rey a disolver el parlamento de semejante manera. Era cierto que la tensión política había ido en aumento desde que hacía tres años, el partido republicano había ganado las elecciones y había formado gobierno junto con los independentistas catalanes, que se habían presentado en bloque y habían logrado grandes resultados.
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mispaña- ESPAÑA, UNA ÉPOCA CONVULSA
Historical FictionSe trata de una novela de ficciíon histórica de lo que podría haber pasado si España hubiese sido una democracia sin fraude ni caciquismo. Todo sacado de la imaginación del autor.