Narra Jim
Me encontraba en la escuela, recuerdo perfectamente aquel día, había un evento así que se invitaron amigos y familiares de fuera, aquel día andaba con mis amigos, Kim y Rey, ellos junto a mi como siempre, estábamos dando una vuelta por la escuela hasta que al caminar note la presencia de Aki, estaba sentada a lado de alguien que tenía un parecido a ella, Pero Aki se veía diferente y podría diferenciarlas, pues está traía dos pequeñas colitas como peinado, un vestido color naranja no muy largo y tampoco ancho, era como si la luz del sol estuviera dándole justo en el rostro he incluso iluminando la completamente, estaba sonriendo de una manera hermosa, pude notar mi respiración pausarse en varios lapsos de segundos.
Los latidos se intensificaron y tuve una sensación extraña, Pero era agradable algo que no puedo explicar con palabras pues no tengo ninguna para tal sensación, ella alzó su mirada y la choco justo con la mia, mi nerviosismo fue tanto que en ese momento la desvíe, no podía creerlo seguro me ví como un tonto, una leve sonrisa se formo en mi rostro y solo pude codear a uno de mis amigos para darle una pequeña señal de lo sucedido.
Cuando el evento finalizó la perdí totalmente de vista, lo último que pude ver en aquel momento fue cuando se marchaba con la otra muchacha y al parecer su pequeña hermana.
Al pasar los días la volví a ver, solo que está vez estaba un poco despeinada, era muy temprano así que supuse que acababa de despertar, cuando la vi me sorprendió un poco y estoy seguro que a ella igual, ese día descubrí dónde vivía.
Sonreí un poco y de repente se implantó en mi mente como un pequeño alfiler que sostiene un hilo con información, esa información era sobre ella y lo poco que sabía, realmente no sabía nada, ni siquiera su nombre, así que iba ser difícil entrar en contacto dado a que no me topaba en lo más mínimo.
Al pasar el tiempo el destino se encargo de juntarnos, y es cuando llegamos justo aquí, me volví novio de Aki, ese día fue el mejor día de mi vida y no se imaginan lo mucho que la abrace de lo feliz que estaba, la conocí más de lo que ya había conocido, le conté parte de mi historia y ella me contó la suya.
Cuando Aki me empezó hablar sobre su vida y como era nunca imaginé que aquella personita tan pequeña y delicada fuera realmente muy frágil, tenía miedo, miedo de romperla o que se rompiera en mis manos, decidí darle el apoyo necesario aun que ni siquiera era parte de mi deber o tenía alguna responsabilidad, todo lo contrario me dió la oportunidad de salir corriendo, Pero por alguna razón no lo hice, tanto mi mente como mi corazón estaban en un solo tono ambos pensaban y sentian lo mismo, danzaban al mismo ritmo, así que tome sus pequeñas manos y le hable, le dije que pasara lo que pasara no la dejaria.
Solía visitarla, su madre ya sabía los días que tenía libre para ir a verla y yo sabía si Aki estaba libre ese día, cuando llegaba a su casa siempre me recibía emocionada, yo sé que ella muchas veces calla lo que siente, calla su dolor y su situación diaria, no sabe expresarse de la mejor manera y por lo que veía día a día no le gustaba preocupar a los demás.
Fue una vez, mmm....creo que un viernes por la tarde llegué a su casa como casi todos los viernes, entre y escuche un pequeño solloso, Aki estaba en el piso, llorando parecía tener un ataque de pánico, me asusté en serio que me asusté, nunca había estado en una situación así, pero intenté hacer lo mejor que pude, le hable de la manera más tranquila y ella empezó a escucharme.
–Respira, puedes hacerlo–le dije con voz tranquila aún que por dentro moría.
Me miró y note su mirada, no era el único aterrado ella igual lo estaba, seguro pensó que moriría, Pero no pasó, no pasaría.
No tocamos ese tema, ambos hicimos que ese día no existiera, lo volvimos un secreto, ella no le comento a sus padres y no estoy seguro si le dijo algo a su terapeuta, Pero no quería preguntar, no quería incomodar la, solía ser distraída y cuando se daba cuenta de mis intenciones siempre hacia lo posible para desviar el tema o simplemente me daba aquella mirada de "Por favor no" cuando me miraba de esa manera entendía todo, sus sentimientos, escuchaba su voz sin necesidad de que hablara y claro no existía solo esa mirada...
Estaba aquella en la que me mostraba su luz en sus ojitos, a veces brillaban como una constelación que en ocasiones llegaba a ver estrellas grandes en ellos, era como ver la andrómeda misma y no, no estoy exagerando, tal vez solo soy un chico enamorado.
ESTÁS LEYENDO
ALGUNA PERSONA EN EL MUNDO
Teen FictionBasado en un tema poco hablado, uno de los trastornos con más mortalidad a nivel mundial, leerlo a consentimiento de cada persona.