Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)

Capítulo 39: Separación

Capítulo 39: Separación

—¿Sasuke...? ¿Qué te sucede? —le preguntó Tobirama.

Sasuke tragó duro, intentando encontrar su voz ante la sorpresa de encontrarse con Temari y Kankuro. Tobirama, que se lo había quedado mirando extrañado ante aquella actitud nerviosa de él, se le acercó en silencio, observando que la mirada aterrada de Sasuke no se alejaba de aquellos hermanos inversionistas.

—¿Qué sucede, Sasuke? —le volvió a preguntar Tobirama, esta vez con preocupación y alerta en la voz.

Por la cabeza de Sasuke pasaron mil escenas, ninguna buena. ¿Qué hacían los hermanos de Gaara aquí? ¿Por qué se hacían llamar por otras personas? Algo dentro de él quiso gritarle a Tobirama que llamara a los de seguridad; las secuelas que Sai y Fugaku le habían dejado se hacían latentes en su pecho, en un mar de emociones negativas y recelosas.

—Ellos... no son las personas que dicen ser —logró decir Sasuke señalando a los inversionistas—. Son... los hermanos de Gaara. Temari y Kankuro.

Tobirama giró violentamente la cabeza hacia estos, mirándolos ahora con sorpresa y desconfianza.

Temari alzó las manos y una sonrisa incómoda afloró en sus labios pintados de un rojo pálido.

—Tanto tiempo, Sasuke —lo saludó la mujer—. La última vez que te vi fue en la presentación de Sarutobi, hace tanto ya... apenas éramos unos adolescentes.

La última vez que se habían visto, Gaara estaba en la banda de la Arena y Sasuke en Konoha, con Neji vivo. Unos pocos meses después, Neji había muerto y Gaara había ingresado en la banda, una decisión que había terminado con su vida al acercarse a Sasuke y Naruto.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Sasuke con recelo, abrazando la laptop como si fuese su hijo con el oso de peluche—. ¿Por qué usaron otros nombres para llegar aquí?

—¿Qué crees que hacemos, tarado? Estamos aquí para cerrar el negocio con ustedes —le respondió de mala gana Kankuro—. Parece que Naruto te pegó la estupidez.

—Al que has llamado tarado, es mi esposo —siseó Tobirama poniendo una mano protectora y posesiva en el hombro de Sasuke. Su mirada era hostil e imperial hacia Kankuro—. Yo que tú cuidaría tus palabras.

—Pues, es un tarado...

—¡Kankuro! —chistó Temari con regaño antes que Tobirama pudiera actuar—. Lo lamento, ya sabes cómo es él, Sasuke.

—No me han respondido, ¿por qué tienen otros nombres?

Sasuke temía que ellos fueran a reclamarle por la muerte de Gaara. Diez años atrás, Sasuke había declarado con la policía sobre los hechos en el sótano de la empresa Uchiha y estos se habían encargado de informarles a los familiares de Gaara sobre lo sucedido. Sasuke desconocía si Gaara había tenido padres, pero por mucho tiempo había pensado que estos o sus hermanos le reclamarían por su muerte, no había pasado, por lo menos hasta ahora. ¿Por qué habían esperado diez años y no antes?

—Nos cambiamos el nombre y el apellido varios años atrás, cuando la prensa no dejaba de molestarnos por Gaara —le explicó Temari con seriedad—. Ellos querían saber cosas, detalles de su muerte y preferimos mantener el anonimato. Deberías entendernos, tú eres famoso.

Algo en Sasuke hacía que no pudiera creerle, tal vez el hecho que todo fuera muy extraño y nada le cerrara; tal vez su miedo irracional al peligro. ¿Cuántas veces había confiado en las personas y estas lo habían traicionado? Muchas. La peor, su tío Obito. Desde aquella vez, jamás había podido confiar a la ligera.