1. Desayuno.

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Advertencia. En este episodio, Ryōmen Sukuna estará en una versión femenina llamada Ryouka.
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—¿Qué estás preparando?

Los dos pares de brazos envuelven el delicado cuerpo de la mujer que ahora lucha por fritar unas salchichas en forma de pulpo. Asa está acalorada a pesar de tener sus dos coletas bajas típicas que dividen su cabello a la mitad y que su novia esté abrazándola sólo aumenta aquel bochorno. Echa los hombros hacia atrás en el intento de retirarla al menos unos centímetros, pero la persistencia del capricho de la mujer de tres metros persiste. Si tan solo regresara a su forma "original" quizá no se sienta tan abochornada, mas parece que no tiene intenciones de ser de tamaño común.

Al menos el día de ayer le sacaron provecho, aunque su cama ahora deba de ser reemplazada de urgencia.

—El desayuno —contesta, rueda la cabeza de hombro a hombro, otro nuevo intento que es ignorado por la mujer de cabello rosa.

—¿Qué clase de porquería piensas darme? No parece normal, no me gusta. —Caprichosa. Asa desea pegarle un codazo, pero está muy segura que para Ryouka es más molesto el canto de la ave en la ventana que la despertó (y que se comió en venganza)—. He dicho que te detengas, no pienso comer eso.

—Acabas de tragarte una paloma con todo y caca con la misma boca con la que me besas.

—¿Y?

—No me besarás en un año.

—No puedo, cuchi estará muy triste. —El sonrojo de Asa ahora también se debe al bochorno que Ryouka la hace pasar—. No la hagas parte de nuestros problemas.

—¡Pues a la próxima no te tragues todo lo que te fastidia!

—Asa, silencio, tenemos vecinos.

Eso no te importó anoche —piensa abochornada.

—Ryouka, no te haré un desayuno extravagante, ya hablamos de esto.

Un silencio se produce a raíz de su respuesta. Al menos ha terminado de fritar esas salchichas en forma de pulpo. La única razón por las que las ha preparado así es por esa mujer berrinchuda que ahora no desea comerlo. Vaya novia y, según Ryouka, ella es la caprichosa.

—Soy un rey.

—Y yo tu reina.

De nuevo otro silencio, probablemente esté enojada. Eso la hace reír.

—¿Te burlas? —Sí, está molesta.

—Hace días te comenté que deseo ser mamá.

—Ajá.

—Y dijiste que deseabas comer la comida del bebé.

—Ajá.

—Este será el almuerzo que le prepararé a nuestro bebé.

—Asa, me refería a comerte las tetas.

El plato de salchichas ha caído al piso debido a la gran vergüenza que ahora Asa Mitaka está pasando a manos de la confusión producida por Ryouka Sukuna.

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