-ˏˋ⋆ 𝖊𝖒𝖕𝖊𝖟𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖉𝖊 𝖈𝖊𝖗𝖔. ⋆ˊˎ-
Cansado de todo lo que había sido, cansado de tantos abusos y traiciones, de maltratos y amenazas, decidió abandonar aquella ciudad en la que había estado toda su vida, y con ella, los recuerdos de su vida pasada, las personas que había amado, y las que había odiado, todas se quedaron encerradas en aquel gran casino que un día estuvo en sus pequeñas manos. Aquel casino en el que tanto había sufrido, en el que nunca había conseguido hacer frente a su mayor miedo. Nunca se atrevió a negar cuando no quería, y siempre terminaba aceptando, por el miedo de que le pasara lo que una vez le pasó. Nunca fue quien quiso ser, pero eso, había acabado.Empezó de cero, deshaciéndose de todo lo que había sido, tirando aquella vieja mascara que tanto amó, al río, mirando cómo la corriente se la llevaba lejos. Después, se despidió de la ciudad con una pequeña lagrima que se deslizo por su mejilla hasta quedar en su mentón y caer al suelo. Sentía humillación, al llorar por algo que nunca quiso.
hizo caminar a su caballo hasta que sus pobres patas no pudieron mantenerlo en pie, y entonces, tuvo que dejarlo descansar toda la noche. Llegaron a un hostal que se encontraba a las afueras de un pequeño pueblo al que Alexis quería llegar, pero su caballo no daba más de si. Ahí un joven bastante amable le atendió y le dejó una habitación por un buen precio. A la mañana siguiente, cuando su caballo había recuperado las fuerzas, y de paso, el también, volvieron a cabalgar hacia aquel pueblo, que no estaba muy lejos, puesto que llegaron en unos diez minutos.
En cuanto llegó, hizo al caballo frenar, posteriormente se bajó y le guió con la correa hacia la plaza central del pueblo, donde los aldeanos residentes lo miraban con curiosidad, y cero discreción. Vio a un anciano de baja estatura y una gran barba blanca que le cubría gran parte del pecho, pasar cargando un saco bastante pesado, se paró junto a el y le ofreció su ayuda, llevando el saco hasta donde le indicó. — Disculpe, señor. ¿Podría indicarme dónde podría yo encontrar a un tal Vegeta?- le preguntó. — Pues claro, si gustas puedo acompañarte como agradecimiento.- le dijo amablemente, Alexis aceptó sin dudarlo y el anciano caminó junto a el, apoyándose de su viejo bastón.Lo llevó hasta un castillo de piedra negra, con muchas ventanas que hacían reflejar un color morado hermoso y digno de un príncipe como lo era Vegeta.El anciano se despidió de Alexis con una sonrisa tras dejar que le agradeciera repetidas veces. Una vez se fue, ató a su caballo a una valla, tocó la puerta y un joven de cabellos negros como la noche y unos ojos morados que hipnotizaban, le abrió la puerta.— Buenos días, ¿Es usted Vegeta?- le preguntó, el chico lo miró por unos segundos y luego asintió.— Si, soy yo. Usted es Quackity, sino me equivoco.- le dijo con una voz grave, que le llamó bastante la atención al azabache. Alexis asintió también. — Pensé que tardarías más en llegar. Pasa, hombre.- le dijo dándole paso a su hermoso castillo.
— Con permiso.- dijo educadamente, el chico lo hizo pasar a un gran salón en el que se encontraban varios sirvientes a disposición del príncipe.
— Usted.- le dijo a uno de ellos. — Preparé té, por favor.- le pidió y el chico caminó hasta lo que supuso que era la cocina. — Siéntate, por favor.- le dijo a Alexis con una sonrisa amable, este obedeció y se sentó en el cómodo sofá con una sonrisa de agradecimiento. — Sobre tu vivienda... todavía no esta lista, puesto que esperábamos que llegarías la semana siguiente, puedes alojarte en algún hotel mientras esperas.- le dijo con algo de lastima por no poder hacerlo con mas antelación.
— No te preocupes, puedo buscar donde estar unos días, no es un problema para mi.- le aseguró con una sonrisa, el sirviente llegó y les sirvió el té a ambos. ¿Una casa? ¿Cuanto tiempo llevaba Foolish planeando todo?
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𝖇𝖆𝖏𝖔 𝖑𝖆 𝖑𝖚𝖟 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖑𝖚𝖓𝖆.
FanfictionUn joven decide abandonar su pasado y comenzar de nuevo en un nuevo pueblo en el que conocerá al amor de su vida, pero... ¿Y si solo lo quiere porque no sabe sobre su pasado?