Corazón Apasionado

Parte Tres

Después de que aquellas dos mujeres hayan tenido ese íntimo momento llegó la hora de hablar de lo ocurrido todos estos años.

Las dos se encontraban sentadas con sus espaldas en la cabecera de la cama, sus manos estaban entrelazadas y sus cuerpos cubiertos por una suave manta.

La cabeza de Laura estaba recargada sobre el hombro de su amada; sus respiraciones eran calmadas pero sus pensamientos estaban dispersos, no querían aún tocar el tema y acabar con ese momento tan íntimo creado en unas horas.

El silencio duró unos cuantos minutos hasta que Rosa María habló.

-¿Qué va a pasar ahora?- la pregunta que tanto había resonado en su cabeza por un tiempo salió.

-No lo sé, solo sé que quiero estar contigo.- le dijo la otra que, definitivamente no quería hablar del tema.

-Yo también quiero estar contigo, pero tengo a Esteban, lo amo. Pero tú...

-Si lo amarás no estarías aquí, conmigo.- le dijo Laura con un tono pasivo agresivo y dando un apretón a su mano.

Rosa María suspiró al escucharla, no sabía si debía tomar el camino que la guiaba hacia el amor pero en secreto, o el camino que la guiaba a una persona que la amaba y la respetaba, que haría todo lo posible para que el mundo se enterase que la amaba. Dos opciones sumamente distintas, dos opciones que podrían cambiar su vida por completo.

-Lo sé...

El silencio apareció de vuelta, los nervios de Rosa María triplicados la hacían no poder respirar, soltó la mano de Laura y se sentó a la orilla de la cama.

-Tal vez podríamos vernos de vez en cuando, mantenerlo en algo secreto, algo de solo nosotras hasta encontrar una solución.- le dijo Laura, sentándose a un lado de ella.

"algo secreto" pensó Rosa, esas palabras se repetían mil veces por segundo atacando su mente y su corazón.

-No quiero "algo secreto", pero sé que estar juntas públicamente en estos momentos afectaría nuestras carreras... Y nuestras vidas.- dijo esto último Rosa María, teniendo un nudo en la garganta recordando a Esteban.

-Despues de que esto se acabe, mi sexenio, veremos qué pasa.- Dijo Laura dándole un beso en la mejilla.

-Si...- contestó Laura en un suspiro.

Laura se levantó y se vistió para irse.

- Pensé que te quedarías.- dijo Laura mirándola.

-No puedo exponerme a quedarme e irme en la mañana, alguien podría verme. Nos veremos luego.- besó sus labios y se dirigió a la puerta- te amo.

Salió antes de que Rosa María pudiera decirle algo, ella se quedó sentada mirando a la nada, su corazón desbocaba dolor, un dolor parecido a cuando Laura le había pedido marcharse hace unos años.

Lloró por unos minutos o tal vez horas, hasta que se quedó dormida.
Despertó cuando los rayos del sol iluminaron su habitación, y luego escuchó el sonido proveniente de su celular, era Esteban, su esposo.

La había llamado para saber cómo se encontraba, avisándole que en unos días estaría de vuelta en su hogar.

╹╹╹╹

Los días pasaron, las dos amantes no se habían vuelto a ver, pero Laura estaba planeando una ocasión para volver a ver a su amada.

Ella sabía que su esposo aún no estaba en la ciudad, así que aprovecharía la oportunidad para verla, el plan era llevarla a su casa, cenar y que algo más ocurriera.

Le mandó un mensaje contándole aquello a Rosa María, y ella dudando aceptó.

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La noche llegó, Laura se encontraba conduciendo hacia su casa, al lado de ella se encontraba rosa María contándole algo de su día, ella le prestaba mucha atención y contribuía en la plática cuando era necesario.

Cenaron bajo la luz de las velas, compartiendo una botella de vino y una melodía que se reproducía en un tocadiscos.

Las risas y los besos era algo que no faltaba, sus manos entrelazadas en todo momento lo hacía aún más íntimo.

Al final de aquella cena se sentaron en el sillón a ver una película, la mano de Laura estaba en el muslo de Rosa María por encima de su vestido, dejando caricias leves que hacian que sus labios de curvearan en una pequeña sonrisa.

Las caricias no se detenían, pero con el paso de los minutos iban subiendo por la pierna de Rosa, luego volvieron a bajar metiéndose en su vestido, subiendo de a poco hasta llegar a la parte mas intima de ella.

Soltó algunos suspiros cuando Laura hizo a un lado su ropa interior, acariciando su punto de maximo placer.

Laura comenzó a besar su cuello, teniendo cuidado de no dejar marcas, su otra mano se dirigió a la cintura de Rosa María para ayudarla a subirse sobre ella. Las caricias iban desde sus muslos hasta sus pechos aún cubiertos por la tela del vestido. De pronto Laura se paró para poder guiarlas a la habitación.

Rosa María abrió la puerta y sin tiempo de poder ver más, los labios de Laura impactaron con los de ella, su cuerpo cayó a la cama y desde ahí observó como Laura iba despojándose de su ropa. Se sentó en la cama y también comenzó a quitarse su vestido quedando en ropa interior. Laura subió sobre ella y posó sus manos en su espalda para poder desabrochar el sujetador que cubrían sus pechos.

La espalda de Rosa María volvió a impactar con el colchón y ahí Laura aprovecho para besar su cuello y bajar lentamente dejando un camino húmedo hasta sus pechos y amasarlos a su antojo. Los sonidos que salían de la boca de Rosa María solo hacían que Laura comenzara a desesperarse por tenerla una vez más.

Siguió bajando los besos hasta llegar a rozar su intimidad, sus manos se encargaron de quitar la ropa interior que aún estorba. Laura besó el interior de sus muslos y tan rápido como pudo por la desesperación introdujo su lengua para después meter sus dedos. Rosa María era un manojo de sonidos de placer que solo invitaban a Laura a continuar.

Los dedos de Laura salían y entraban de ella en movimientos lentos que la estaban volviendo loca.

- Mas rápido Lau...- dijo en un gemido.

Laura le hizo caso y sus dedos comenzaron a moverse más rápido, mientras su boca se dirigía a ese punto erogeno que aclamaba por atención, lo succionó y lamió. La espalda de Rosa María se curveo al momento de llegar al tan esperado orgasmo.

Laura salió de ella y la ayudo a limpiarse, para después acostarse sobre el pecho de Rosa María y quedarse dormidas.