8: Wihlem

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- Alumnos, último llamado de atención. - nos réplica el profesor de matemática, al ver que me estoy riendo demasiado, por algo no muy notable.
No lo puedo controlar, es decir, entiendo que tengo que controlar mi comportamiento ya que cualquier cosa que haga, cualquier error que cometa, no solo me afecta a mi, sino a toda la realeza, si, lo comprendo perfectamente. Pero estoy emocionado, demasiado, siento como si ya me estoy liberando por completo de mi yo del pasado, y mi mayor forma de celebrarlo, es mostrar todo lo que pueda, a la persona que más amo en este mundo: Simon. El es, no sabría como describirlo, sus ojos profundos, pero con todo un mar por delante, me dan paz. Aquella paz, que ni con mil guardaespaldas puede sentir. Soy un príncipe, pero el es mi mayor corona. Soy un humano, y el es mi mayor energía. No me iré por las ramas, lo cual ya es demasiado tarde, ya que el profesor me llama, supuestamente desde hace rato.

- ¿Principe Heredero? - llama mi atención. - Entiendo que sea de la realeza, pero es un alumno, claramente no igual que los demás, pero últimamente no se está comportando de la mejor manera. A dirección, porfavor. - finaliza, cortante.

Todas las miradas se dirigen hacia mi, es más, ni yo puedo creerlo. Estoy demasiado ofuscado. Primero, la Corte, luego, lo que se supone que debo considerar un hogar, lo que antes era para mi un hogar. La sociedad me discrimina solo por querer formar parte de ella. Toda Suecia me discrimina por ser un príncipe novato, aquel que todo fue sorpresa. Ellos no nos pueden elegir. Pero yo ni puedo elegirme a mi.

- Profesor, ¿puedo dar mi opinión? - levanta la mano un compañero de clase, el cual ya se había burlado de mi en varias ocasiones. Al ver que accede a su pedido, comienza- A cualquier otro alumno se lo hubiera sancionado, pero a él, solo por ser un príncipe, que es todo menos eso, solo se lo manda a directoria. No me parece justo, y, para empeorar las cosas, Simon se sale con la suya. El también merece algo, como todos los demás. - termina, y yo ya estoy fastidiado, al punto de ofensa.

- No metas a Simon en esto. - digo, elevando la voz a medias.

- Ustedes se metieron solos. ¿Donde quedaron los modales, Wille? Tu novio te contagió la pobreza, lo socialista, la forma horrenda de vestir, y todo lo malo. - se acerca a mi, poco a poco, hasta que quedamos cara cara. - Simon ya era un cabron, pero tu no.

Estoy rojo, y eso no es buena señal, de absolutamente nada.

- ¡No te metas con Simon! - grito- ¿Cuando mierda lo van a entender? - al ver que grito mucho, el profesor nos aleja.

- No eres quien para decir con quien me meto o no. Es mi vida, como tu siempre dices. - sigue atacando.

- ¡Soy el puto futuro rey!

Las palabras salen de mi boca sin siquiera meditarlo. Todo es puro silencio, el chico ya volvió a su asiento. Miro para todos lados, para buscar una señal de apoyo. Todos están boquiabiertos. Felice me mira con miedo. ¿Yo, miedo? Al parecer eso piensan todos. Simon...... está asustado, no de miedo, sino de preocupación. No se controlar los ataques, se supone que lo estoy trabajando, pero esto es otro nivel. ¿Lo peor? Lo peor es que es verdad. Seré el puto rey. Me guste o no.
No soporto más la energía del lugar, las miradas de todos, el pesar de la culpa, así que corro al baño. Se viene un ataque de ansiedad junto con pánico, envidia y temor. Lágrimas que reflejan la verdad, inseguridades que me impiden seguir caminando, y ecos de lo que lastimosamente me pasó para quebrar en llanto.
A medida que corro, golpeó los casilleros, grito como un desesperado, hasta que me encuentro frente a la canilla.
Vomito. El vomito sale poco a poco, luego mucho. Cuando para momentaneamente, me cepillo los dientes, y algo asqueroso pasa. Vomito, otra vez. Por suerte pude sacar de mi boca el cepillo, antes de que el líquido salga. Todo está sucio. Yo estoy sucio. Suecia esta sucia.
No. Otra vez no. Mi mente ya me repitió el monólogo de que soy malo pata todo, durante mucho tiempo, odiaría repetir eso, por lo que me siento en el suelo. Agarro papel higiénico de a poco, y limpio todo. Vuelvo al piso, donde dejo de sentir. Dejo de sentir las horas pasar, el fin de las clases, hasta despertar cuando todos, según mi oído, se encuentran en el patio exterior.
¿Que mierda me pasó? No se, pero lo quiero averiguar ya mismo. Simon. Mierda, Simon. ¿Y si le están haciendo algo?
Esa pregunta me impulsa a levantarme, e correr hacia allí. Corro lo más que puedo, me llaman profesores, pero los ignoro.
Una vez en el patio, veo todo.
Un grupo de bravucones, están encerrando a Simon en un circulo. No con buenas intenciones. Se están acercando mucho. Llego a escuchar algo que hace que mis impulsos acciones, mucho antes de que mi mente razone.
"Te destruiremos, como tu destruiste la monarquía, a Wihlem. No te atrevas a corer. Trizas. Eso haremos contigo. "
Corro hacia allí, e interfiero. Soy un mar de lagrimas, con un fuego que ni toda la superficie podría frenar.

Young Royals fanfic 4tempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora