𖥻 . Memorias...º• 𓍯 ¦spruan oneshot¦

Diagnóstico = ♡

"Cuando fue la última vez que pude sostener su mano sin tener que preocuparme?..." se dijo el castaño, el cual estaba acostado, desde hace ya varios meses, en la camilla de la habitación de su hospital.

El chico, con apenas veinte años sufrió un cáncer de pulmón que, para cuando se lo diagnosticaron, ya estaba bastante avanzado. Fue ingresado en el hospital, y se le hicieron incontables tratamientos, todos inútiles contra la enfermedad que ya lo estaba matando.

Por otro lado, se encontraba Spreen, su amigo, quien había estado visitando a Juan casi todos los días y varios de estos, quedándose a dormir en el hospital. El azabache se encontraba dormido en una silla a pocos metros de Juan, teniendo una ventana, por la cual pasaba la luz del sol, detrás de si. Ya se había acostumbrado a dormir en aquella silla y, según él, "no era tan incómodo como parecía".

"Que lindo se ve, es hermoso como los rayos de solo iluminan sus pestañas." murmuró Juan para si, antes de que el azabache se despertará de su sueño.

-Buenos días lindo - dijo el mas pequeño con una dulce sonrisa en sus labios y un sonrojo muy sutil en sus pálidas mejillas. - dormiste bien? - añadió - de todos modos, perdóname por tenerte aquí durante tanto tiem... - no pudo terminar la frase antes de que el mayor lo interrumpiera.

-No digas eso, no es tu culpa Juan... No es culpa de nadie... - dijo Spreen con un tono sombrío. - cambiando de tema, que tal estas hoy?

-Hoy la verdad estoy muy bien, y ya se que no soy nadie como para decirlo estando en la condición en la que estoy, pero realmente hoy me siento muy sereno y feliz. - esbozo una sonrisa la cual achinó sus ojos miel mientras miraba a su amigo.

-Pues eso es realmente bueno srito. Juan - comentó una enfermera la cual entraba a la habitación con una bandeja en las manos. - aquí esta su desayuno, el doctor vendrá en cuanto se la termine - Le entregó la bandeja con comida al castaño, el cual asintió de manera tranquila, recibiendo la bandeja y colocando en la mesa de su camilla.

La mujer abandonó la habitación, no sin antes revisar las constantes de Juan y asegurarse de que no hubiera ninguna anomalía.

-Spreen, no deberías comer algo? , si quieres ve a la cafetería de la planta baja, ahí tienen desayunos muy ricos y nada es muy caro. - cuestionó el castaño, obteniendo un simple asentido como respuesta.

Spreen, desde que habían ingresado a Juan, había puesto su vida en pausa, ya no dormía bien, había días que no comía y no se quería separar del chico. Los demás amigos y familiares del castaño hicieron casi lo mismo durante los primeros días de Juan en el hospital, pero, aunque no les gustase, tenían que seguir con sus vidas, cosa que Spreen no hizo. El miedo de que en cualquier momento se podría ir lo aterrorizaba, y más aun la idea de no poder despedirse.

Juan empezó a comer con gusto la comida de su bandeja, mientras volvía a sonreír.

El azabache se dirigió a la puerta de la habitación, abandonando la misma y dirigiéndose a un ascensor para bajar como le había indicado su amigo.

Ambos habían terminado de comer, y un doctor había entrado entrado en la habitación, para revisar nuevamente las constantes del de ojos miel y cambiarle el suero. - Juan, este nuevo tratamiento está haciendo muy poco efecto, pero es el suficiente, tienes una gran posibilidad de ganar esta batalla contra el cáncer.- comentó el doctor para luego abandonar la habitación, no sin antes llamar a Spreen para que saliera con él.

Después de que ambos salieran del cuarto, dejando a Juan solo, el doctor le dedicó una mirada preocupada al azabache.

-Al srito. Juan le quedan pocas horas de vida, la muerte cerebral que va a tener es inminente, y, aunque no esté muerto, quedaría en estado vegetativo para el resto de sus días. Sería como un coma eterno. - al oír eso, el más alto juraría que escucho un pequeño crujido en su pecho, mientras lágrimas empezaba a  amenazar con salir de sus ojos.