Dylan, tras ganar el Balón de Oro con el Manchester City, decidió regresar al FC Barcelona pero solo ya que su Novia se quedó en Manchester por su trabajo lo cual los obligo a tener una relación a larga distancia, donde su corazón siempre había estado. El Camp Nou lo recibió con los brazos abiertos, y pronto encontró un amigo en Gavi, un joven talento de 19 años con una visión del juego que recordaba a los primeros días de Messi.
La temporada de Dylan en el Barça fue épica. Anotó goles cruciales, asistió con precisión y se convirtió en el líder que el equipo necesitaba. Su conexión con Gavi en el centro del campo era mágica. Juntos tejían jugadas que dejaban a los rivales atónitos. La afición coreaba sus nombres en cada partido.
En un clásico contra el Real Madrid, Dylan marcó un gol desde fuera del área que dejó a todos sin aliento. La prensa lo comparaba con Messi, y aunque él rehuía las comparaciones, no podía evitar sentirse honrado. Gavi, por su parte, se inspiraba en ambos, aprendiendo de su maestría y humildad.
El Barça ganó la Liga y la Copa del Rey. Dylan y Gavi celebraron juntos en el vestuario, rodeados de compañeros que se habían convertido en una familia. En ese momento, mirando a Gavi con los mismos ojos que Messi lo miró a él en sus inicios, Dylan supo que había encontrado algo más que un amigo. Había encontrado un hermano en el fútbol.
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The Boy Off The Stars
LosoweUn chico llamado Dylan estaba interesado en todo y podía hacer de todo, siendo un actor, un futbolista y, sobre todo, una leyenda.