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Taehyung no podría asistir a clases ese día y, a pesar de haberlo comentado con sus profesores y el director y que estos mismos le hayan dado la comprensión y buenas suertes, Kim Taehyung odiaba faltar a la facultad.

El omega amaba el arte, el pincel sobre el lienzo, deslizándose suavemente y al compás de su imaginación. Amaba la danza, la armoniosa melodía que inundaban sus oídos al bailar, amaba tanto mover su cuerpo y sentir la tranquilidad al hundirse en ese mundo de notas e instrumentos.

Mas sin embargo eso debía esperar por el momento, pues la situación con su madre era primordial sobre todos sus anhelos.

Taehyung sonrió cuando tomó entre sus dedos uno de los trajes que su padre solía usar cuando trabajaba. Dicho atuendo era de un color beige, bastante lindo y cómodo a la vista.

El omega tomó únicamente los pantalones del traje y se acercó a sus prendas para tomar una camiseta blanca y un saco beige bordado con pequeñas margaritas igualmente bordadas de un tono blanco para darle un toque de su propia frescura al atuendo.

Se acercó al espejo y observó su cuerpo con sólo sus boxers cubriendo las partes íntimas. Deslizó su mano del pecho hasta su abdomen bajo, parando en la tira del boxer y, con mejillas rojas por lo que sus manos pretendieron hacer, agarró el pantalón puesto anteriormente en su cama y se los puso, seguido de la camiseta corta y el saco que le llegaba hasta un poquito más de la cintura.

Caminó hasta su tocador para tomar de un cofre verde esmeralda una bonita pulsera de oro que tenía tres dijes en total; el del centro era una luna, a su izquierda había un sol y a su derecha una estrella, los tres dijes separados por dos pequeñas perlas.

Miró con nostalgia el objeto, recordando el suceso que lo llevó a descubrir aquella pulsera.

Cuando era más pequeño, Taehyung solía hacer demasiadas travesuras. Un día llegó a casa con manchas de harina por todo su cuerpo e inclusive manchando sus ropas.

Su madre le había llamado la atención con fuerte voz que hizo que el corazón del niño sensible se partiera al pensar que su mamá ya no lo quería por estar así de sucio.

Taehyung había corrido todo lo que sus diminutos pies le permitieron hasta el taller en casa donde su padre trabajaba, escondiéndose allí.

No le duró mucho hasta que el alfa lo encontró en un rincón del taller, con las mejillas empapadas de harina un tanto escurrida por el llanto del niño.

"¿E-ella ya no me quiere, papi? Ya no me quiere ¿verdad?" el niño preguntó con voz quebrada, mirando triste a su padre. "¿Tú tampoco me quieres por qué ahora estoy sucio y lusco feo?"

"Te amaría incluso si tuvieras un gratino en la frente, cielo"

El niño había abierto sus ojos con espanto, negando con miedo. "¡Los granos son muy feos! Nunca me vería lindo con uno"

"Estoy seguro que aún serías el niño más hermoso ante mis ojos. Ahora, ven aquí, Taehyungie"  el niño corrió hasta llegar a su padre, quien lo alzó, dirigiéndose a una silla y dejándolo en uno de sus muslos en cuanto tomó asiento."Un amigo y yo hemos estado trabajando en una nueva pieza ¿quieres darme tu opinión?"

"¡Sí!" el pequeño Taehyung observó detenidamente la pulsera a medias que su padre tenía sobre una tela de terciopelo rojo.

"¿Qué crees que le hace falta para brillar, Taehyungie? Necesito la opinión de un ojo artístico" picó la nariz ajena, haciendo reir al niño.

"Hmm"  Taehyung abultó sus labios, frunciendo el ceño un poquito. "¿Por qué no le agregas perlas como separadores entre cada dije? En vez de ser de plata, puedes utilizar oro. Resaltaría más. Oh, y tal vez deberías cambiar los dijes y utilizar el universo como musa en vez de la fauna"  expresó con total concentración.

Love and Passion | ᵇʸ ᴶᵉᵒⁿⱽˢˢⁱ ⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora