39 semanas ||Completa||BounPrem||Omegaverse||OhmFluke||

Capítulo 45: Urgencia

Prem intentaba por todos los medios ser el calmado de los dos. Boun no paraba de correr por la habitación.

-Boun, cálmate. Ve a ducharte rápido y yo iré preparando ropa y la bolsa con todo lo necesario que tengo ya lista en el armario.

-Vale. Me ducho en dos minutos.

-Sí, por favor. -Prem cerró los ojos. Apretó la sábana y gimió de dolor al tener la primera contracción. No había esperado que doliese tanto. No esperaba llegar siquiera a sentirlas. Esperaba estar sedado y tener a Boun a su lado mientras la parte inferior de su cuerpo no sentía nada y le hacían una cesárea.

Boun salió del baño desnudo y duchado.

-¿Has preparado la ropa?

-Vete a la mierda, mira cómo estoy. Por tu culpa.

Boun levantó las manos en señal de paz. Un omega furioso de verdad podía hacer retroceder a cualquier alfa.

-Vale... yo voy. ¿Te duele mucho?

-No, tengo esta cara porque es suave como la seda.

-Vale, ya nos vamos. Voy a por ropa. Tu ponte el albornoz. Iremos en el coche y avisaré a la clínica...

-No, espera. Perdona, amor. Es que duele mucho. Pero ya ha pasado.

-Hasta que tengas otra.

-Vamos, ayúdame a ir al baño. Necesito lavarme.

-No creo que tengamos tiempo... te traeré una toalla...

-Quiero limpiarme... por dentro. Estoy pegajoso y...

-Prem, no hay tiempo. Y no deberías andar metiendo nada por ahí hasta que un médico lo haga.

Prem iba a protestar, pero un movimiento brusco de la niña donde notó cómo se encajaba en el canal de parto. No comprendía como lo sabía, pero entendió perfectamente lo que le había explicado la doctora.

-Vale, pero quiero a mi doctora. Y cuando vea cómo estoy por dentro, tú cómo alfa aguantarás sus reproches.

-Lo que digas -Boun corrió y se vistió con unos pantalones deportivos y una camiseta.

-Dame ropa. No quiero ir en albornoz.

-Prem, por favor.

-Bueno -dejo que Boun le ayudase a poner el albornoz. Se había aseado apenas un poco para ir medianamente decente. Al menos no había tenido otra contracción. - por favor, mete el cargador del móvil en la bolsa.

-Bien. Vamos. Te he metido también la cartera. Vamos. Levántate.

Prem aceptó la ayuda. Boun tuvo que contenerse para no mencionar su peso.

-Vamos... mientras conduzco avisa a la clínica.

-Y a la doctora. No quiero que me vea otro.

-Vale -Boun no quería pensar en cómo aguantaría la mirada de la doctora cuando viera eso.

Al fin estaban en el coche. Se estaba sentando en la plaza del conductor cuando Prem le agarró el brazo y casi se lo rompe mientras gritaba.

-Otra contracción -dijo Boun.

-No me digas. Es a mi a quien parece que están rompiendo por dentro.

-Vamos. Me das miedo cuando hablas así.

Ya estaban en la carretera cuando Prem soltó aire y volvió a mirar a Boun.

-De verdad lo siento. No quiero hablarte así pero duele mucho...

-Lo se, cariño. No te preocupes. Es solo que yo también estoy nervioso.

-Necesito tus feromonas.

Boun asintió. Se relajó para poder convertir el vehículo en el que Prem se sintiera seguro.

Entró directamente por el parking interior. En cuanto bajaron del coche una enfermera se acercó apresurada con una silla de ruedas.

-La doctora está llegando. Iremos directos al quirófano.

-Quiero epidural. Duele.

La enfermera le sonrió pero no respondió.

-Usted, póngase una de esas batas y todo para entrar en quirófano, patucos incluidos.

-Sí, señora -dijo el alfa, intimidado.

Mientras se vestía pensó fugazmente en que no había avisado a nadie.

-Vamos -la doctora paso a su lado - cuando acabe si sigue a ese ritmo su hija vendrá caminando a buscarle.