o n e s h o t

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Pavel mira enojado a Pooh quien se encuentra comiendo de su hamburguesa sin preocupación alguna. Bufa en voz alta y se cruza de brazos esperando que el menor le prestara un poco de atención y se diera cuenta de su gran molestia.

Claramente eso no pasó.

— ¿En serio vas a seguir comiendo tan tranquilo? —le pregunta ya cansado de ser ignorado—.

— ¿Huh? —el menor enarca una ceja y deja de masticar—. ¿Pasa algo Phi?

— ¿Pasa algo Phi? —repite la pregunta del menor, pero exagerando el tono de su voz a uno más chillón y molesto—.

Pooh traga los restos de comida que tenía en la boca y toma una servilleta de papel para limpiar sus labios manchados con la salsa de la hamburguesa. Pestañea repetidas veces hacia Pavel, algo que suele hacer cuando el mayor está a punto de regañarlo, esperando que no lo haga.

— ¿Hice algo mal?

— No lo sé —frunce el ceño—. ¿Tú qué crees?

— La verdad no sé que he hecho mal, por eso te pregunto —ladeó la cabeza—.

Pavel tomó el pequeño cojín que estaba junto a él y se lo aventó al rostro. Pooh se quedó quieto después del golpe tratando de recordar que es lo que había hecho mal para que su amigo reaccionara de esa manera.

— Pavel —suspira—. Realmente no tengo idea de lo que hice mal, ¿podrías decírmelo?

— Le dijiste a esa fan que preferías tener a cinco versiones de mí adultas, en lugar de una versión mía de cinco años —murmuró mientras tenía el ceño muy fruncido y luego hacía un mohín con sus labios—.

¿Qué?

— ¿De qué hablas?

— ¿Y ni siquiera lo recuerdas? —gruñe y rueda los ojos—.

— Pavel —suspira nuevamente—.

— En el fan meeting de hace una hora —continúa quejándose—. Una fan te preguntó que preferirías, si a cinco versiones mías de adulto o a una versión mía de cinco años... ¡Y elegiste la primera opción! ¡Como si fuera algo malo tener a un yo de niño!

— Estás sobre pensado las cosas —dijo mientras se llevaba una de sus papitas fritas a la boca—. Simplemente respondí lo que me pareció mejor en ese momento y ya... —se encoge de hombros—.

Esto solo hace que el mayor se sienta aún más ofendido y se levante del sillón enojado.

— No pienso hablar contigo hasta que te retractes de esa respuesta —lo apunta con su dedo—. Para tú información yo era un niño perfecto a la edad de cinco años, tranquilo y correcto, todos me amaban...

— Ajá si —responde mientras sigue concentrado en su comida—.

— ¡Te odio! —le grita antes de volver a tirarle otro cojín a la cabeza—.

Pooh ni siquiera se inmuta y sigue comiendo mientras Pavel sale del camerino susurrando un par de maldiciones hacia el menor.

El resto de personas que los acompañaban en el lugar se miran de manera incómoda entre ellos, porque realmente no saben como reaccionar ante lo que acababan de presenciar.

Kid ~PoohPavelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora