Capítulo 18; Un cliché telefónico

461 58 1
                                    

Evie 

No hubo nada para mi después de él, ni una sola carta, ni una sola llamada, solo vacío absoluto, en mi cama, en mi brazos, en mis labios, en mi corazón. Al contrario de todo eso, pasé días deseando estar en el lugar de otra persona, intentando incluso ocupar el lugar de otra persona. Por supuesto que ese lugar fue mío antes, pero me había sido arrebatado y ahora estaba vacía y sola. 

Aunque mi sentir estuviera a punto de cambiar.  

Un sonido incesante y ruidoso atravesó la habitación y con ello los oídos de todos los presentes, solté una risita mientras me ganaba una mala mirada de mi amiga. 

-¿Qué carajos es eso, Evie?- me puse de pie y caminé dando saltitos hasta la otra habitación de donde provenía el estruendoso sonido. 

-¿Hola?- contesté mi nueva adquisición- ¿Quien? Oh... No no, está equivocada señora- puse el aparato en su lugar y volví a la reunión que tenían mis amigos en mi jardín- Estoy de vuelta. 

-¿Que demonios?- mi primo cuestionó desde su lugar con las cejas fruncidas. 

-¿Recuerdan esa serie de los noventa que les dije que estaba viendo?- ambos asintieron confundidos antes de que yo prosiguiera- Verán, ellas tienen un teléfono ruidoso y con un cable ultra largo que llevan a todos lados mientras conversan, así que dije "Debo tener uno" Ayer pasé por un lugar de antigüedades y compré uno ¿No es genial? 

El hombre parpadeó varias veces seguidas mientras mi amiga me daba una mueca extrañada. 

-¿Y quien llamó?- preguntó la castaña finalmente. 

-Una señora llamada Eloise, ha estado llamando desde ayer porque cree que soy su amiga fallecida, Martha- dije sentando con las piernas cruzadas en el césped fresco- ¿No es triste? 

Las primeras tres veces lloré al escuchar como insiste en que me metí a la casa de su amiga o soy su nueva cuidadora, debieron haber sido muy cercanas en vida de Martha. 

-Tu pareces estar pasándotela en grande, pero te conozco y sé que haz llorado por eso- el hombre negó dejando caer su cabeza con cansancio. 

-¿Así serás cuando muera, Maddy?- la castaña frunció el ceño con cierto desconcierto, ella vivía así todo el tiempo, la confusión era parte de ella. 

-¿Porque asumes que morirás primero?- preguntó dándome un manotazo en el brazo, hice una mueca de exageración y me froté el brazo.

-Todos sabemos que yo moriré primero, Mads- rodeé los ojos mientras ella sacudía a mi primo de un lado a otro para llamar su atención. 

-¿No vas a decir nada, Jake?- el hombre se limitó a soltar un bufido con los ojos cerrados, estaba recostado sobre el césped cerca de la piscina, usaba sus brazos como almohada y parecía cómodo.  

-¿Una semana pesada, Jake?- le pregunté acercándome al hombre para acurrucarme entre sus costillas. 

-No tienes ni idea, incluso golpeé a... Nadie- se formó un silencio entre los tres y supe de inmediato el porque, me limité a soltar un suspiro relajado para aliviar el ambiente de nuevo. 

-Deja de pelearte o iré sola a los conciertos de Eve- abrí los ojos rápidamente y me incorporé en mi lugar. 

-¿En serio irán?- pregunté con un poco de emoción, nada me haría más feliz que verlos en primera fila durante mi regreso. 

-Por supuesto, no nos perderíamos tu regreso a la cima, chica- recibí una sonrisa por parte de mi amiga y no pude evitar sonreír también. 

-Aunque hayas tenido que mentir para tenerlo- la voz de mi primo salió sin que él abriera sus ojos, su expresión había pasado de relajación a una más seria. 

Eternal Sunshine|MV01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora