IV

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IMMINENT DESTINY

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Me encontraba en un espacio negro, viéndome como desde fuera, sentada frente a una enorme mesa negra. Delante de mí, un plato vacío. El ambiente se volvía cada vez más tenso, y aunque no había ningún peligro aparente, sentía una urgencia indescriptible.

 Tomé un cuchillo y un tenedor, esperando que aquel plato se llenara.

De repente, comenzó a chorrear sangre del plato, manchando mis manos. La sangre se esparcía, empapando mi vestido y cubriéndome. A pesar de la repulsión, me encontré tratando de comer del plato ahora sangriento. Mis movimientos se volvieron frenéticos y desesperados, cada intento de comer solo lograba mancharme más. El rojo carmesí cubría toda la mesa y me salpicaba el rostro y la boca, transformándome en una versión salvaje y descontrolada de mí misma. La atmósfera se volvía cada vez más opresiva, sofocante, como si el aire mismo estuviera cargado de mi desesperación y miedo.

De repente, desperté de golpe, jadeando y con el corazón latiendo con fuerza.

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La pesadilla me perseguía, una sombra que se cernía sobre mi mente mientras observaba a las criadas corriendo por la habitación, preparando todo para mí. Cada movimiento suyo era un recordatorio de la inevitabilidad del día que había llegado.

Me encontraba inmersa en el recuerdo de aquella visión. La opresión del ambiente, la desesperación en mis manos manchadas de sangre, y el peso de una urgencia inexplicable aún resonaban en mi interior. Sentada en el borde de la cama, mis pensamientos iban y venían entre la realidad de la habitación y la intensidad de la pesadilla.

Mi madre se acercó, su presencia imponente llenando el espacio. -¿Qué te parece el vestido?- preguntó, su voz serena contrastando con el caos de mis emociones.

Miré el vestido, un azul intenso que contrastaba con el frío ambiente de Giedi Prime que pronto conocería. Era revelador, con un largo escote y brazos descubiertos. Sentía que la tela, casi transparente, apenas me cubría, dejando al descubierto una vulnerabilidad que no deseaba mostrar.

-Es un vestido...único- respondí, sin saber cómo expresar mis sentimientos. No me disgustaba, pero esperaba algo más opaco y triste, acorde con el lugar al que me dirigía. La ligereza del tejido y el diseño atrevido me sorprendían, como si estuvieran fuera de lugar en el sombrío destino que me aguardaba.

DUNES OF DESTINY | Feyd-Rautha Harkonnen| EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora