Two. Conejo encontrado

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Tal como imaginó, hay una gran cantidad de gente distinguida en el evento. A la gran mayoría los ha conocido en persona, aun cuando ellos desmeritaron por completo su potencial en algún momento de la vida. El problema con reconocer a la mayoría, es que sabe que son aburridos, que no tienen nada de especial.

Son los mismos idiotas que se piensan superiores por nimiedades y si les hiciera dos preguntas simples, se irían llorando. A los norteamericanos está convencido de que no sabrían nombrar ni dos Estados de su propio país ¿Por qué? Porque son todos jóvenes, con títulos comprados por sus padres. Los que no tienen tiempo de venir a una festividad tan inútil como esta.

Namjoon fluye sin problema a través del evento. Como si fuese su propio mundo y nadie es capaz de sacarlo de esa burbuja de comodidad. Una que lo hace ser infinitas veces superior al resto, cabe resaltar.

Toma una copa de champaña y se la bebe con cierta rapidez. Tenía más esperanzas en este lugar y lo molesta que otras personas acaparen el tiempo de los dueños de Royal Pharmaceutic. Son los únicos con los que tiene interés de conversar. Espera que al menos valga la pena a nivel de dinero. Si se entretienen en conversaciones sin gracias con personas insípidas, tampoco deben ser al gran cosa.

Aun así, lo molesta que nadie parezca darse cuenta de que esta aquí ¿Por qué no lo hacen?

—Dis... disculpa.

Gira sobre sus talones por el llamado y ladea la cabeza, levantando una ceja. Quien le tocó el hombro, es un ¿Adolescente? Luce ínfimo desde su punto de vista. Tiene ropa formal, pero le luce muy mal. Camisa blanca, una corbata, un saco que lo hace ver con unos hombros gigantescos. Gafas redondas y rostro medio escondido por el cabello largo y rizado sin peinar.

— ¿Umm? —pregunta Namjoon con aburrimiento.

—E...es que quería saber si era... Kim Nam-Joon—pregunta en voz cada vez más pequeña—. El... el que escribió el poema "día de primavera"

—Qué lugar tan raro para reconocerme.

—Es lo que leí antes de venir aquí, lo siento—balbucea apenado—. M-me llamo Kim Jin. Un gusto conocerlo. —Extiende la mano, tímido, tenso; es gracioso lo urgido que está. Namjoon puede ver su brazo temblando y que suda sin control.

Es como ver a un pequeño conejo humano.

Ummm...

—Que gusto conocer a alguien que ha leído esos poemas—Saluda de regreso, tomando al mano que en efecto, está sudada y él, en efecto, está temblando sin control. Parece al borde de un infarto—. Sobre todo en alguien joven. Por experiencia, sé que a los niños no les gusta la poesía... o la literatura en genera. No del tipo que yo público. —justifica metiendo una mano en su bolsillo. Jin se aclara la garganta.

—A mí me gusta. Y no soy un niño, tengo trece años—Corrige apenado y Namjoon no evita una pequeña risa—. Tam-también he leído sus ensayos sobre la genética, la mezcla de los compuestos...

Jin enumera una cantidad de ensayos que Namjoon duda que realmente los haya leído todos, pero considerando los detalles que da después, se lo cree. Es bastante entretenido ver la cantidad de espacio que ocupa en la cabeza de este crío. Quizá por eso se queda ahí con él.

Porque le encanta ser el centro de atención. Así sea una sola persona.

El detalle especial, es que Jin también tiene mucho que hacer. Hay más en él que simplemente repetir lo que leyó en los ensayos, en los poemas: compara con otra informaciones científicas del mismo calibres, obsoletas o no, la fascinación que le genera.

—Jin, deja de atormentar al señor.

Namjoon levanta las cejas, sorprendido ¿Son gemelos? El rostro es el mismo, pero este, por el contrario, es mucho más seguro. El cabello peinado hacia atrás, con apenas un mechón delante de su rostro; más confiado, más firme; el traje le sienta mejor, es menos torpe. No parece un disfraz. Un niño fingiendo ser su papá de camino al trabajo.

Mastermind | NamJin || BOOK 3#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora