psicópata [choi beomgyu y tú ]

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-ya verás que muy pronto saldré de aquí

-en serio, quiero estar en primera fila para ver eso

-Estoy seguro de que te encantaría verme —tenia una sonrisa muy encantadora la verdad—
Es más, me aseguraré de llevarte conmigo

-A si, porque no le dices eso a jeon somi— la verdad me irritaba mucho hablar de ella—estoy segura que le encantaría escuchar eso

-Celos o reclamos

-Yo n-o yo no estaba re-firiéndome a eso—estaba muy nerviosa y la verdad no se porque—

-A mi me parece que estás muy nerviosa yo creo que si te referías a eso —la miro directamente a los ojos—solo tengo ojos para ti

- ¿ Encerio ?

-Si, dudas de mis palabras—su rostro pasó de tener una sonrisa coqueta a una de decepción—No creí que tú no creyeras en mi

-No, no, no claro que si creo en ti beomgyu, siempre eh creído en ti, no dudes sobre eso

Beomgyu sabía que estaba jugando con su mente y él bien sabía que era bueno para eso, sabía muy bien cómo dañar la salud mental de las personas

-Me encanta saber que si crees en mí, y eso me gusta mucho

El reloj de mano de tn sonó indicándole que se había acabado las dos horas de psiquiatría de beomgyu, por desgracia

-Se nos agotó el tiempo es hora de que vuelvas a tu celda

-Oh, que mal yo quería estar todo el día contigo de cómo te voy a hacer mía—se fue acercando al rostro de tn lentamente—de cómo te voy a follar tan duro que tus piernas van a estar temblando de placer y tus rodillas estén rojas

-Siéntate los guardias están por llegar y si te ven Cerca de mi, te van a golpear y no quiero eso, así que siéntate por favor

-Me encanta que te preocupes por mí, linda—volvió a su lugar —me muero porque sea mañana para volver a verte

- A mi también—esas palabras hacían que el corazón de tn de felicidad—

Los guardias entraron por la puerta y tomaron bruscamente a beomgyu de los brazos lo cual te molesto mucho

-Eh, con cuidado también soy humano

Los guardias no respondieron y se lo llevaron de hay

Pero sin que los guardias lo vieran le guiño un ojo lo cual hizo que te pusieras como un tomate

Llegaste a tu casa muy cansada y lo primero que hiciste fue quitarte los tacones que te estaban matando de dolor

-Por fin en casa—soltaste un gran suspiro de cansancio—un buen baño y a dormir, no tengo apetito como para comer