En una ciudad antigua bañada por la historia y envuelta en un halo de magia ancestral, dos almas estaban destinadas a encontrarse y amarse, aunque su destino final no les permitiera estar juntos. Esta es la historia de Lan Zhan y Wei Ying, dos jóvenes cuyos corazones latían al unísono, incluso en medio de las adversidades que les separaban.
Lan Zhan, también conocido como Lan Wangji, era un hombre de pocas palabras y corazón apasionado. Su vida estaba regida por estrictas normas y una disciplina férrea que sólo permitía destellos de su verdadero yo. En su corazón, guardaba un deseo profundo de amor y libertad, pero nunca había encontrado a alguien capaz de entenderlo. Cada día se levantaba antes del amanecer, sumido en la rutina de sus deberes, mientras su alma anhelaba algo más. Su mirada serena escondía una tormenta de emociones que sólo esperaban a la persona adecuada para desatarse.
Wei Ying, conocido también como Wei Wuxian, era la antítesis de Lan Zhan. Su risa era contagiosa, su espíritu indomable, y su habilidad para encontrar alegría en los lugares más oscuros era legendaria. Pero bajo esa fachada alegre, Wei Ying escondía cicatrices de un pasado turbulento y un alma que anhelaba aceptación y amor verdadero. Su vida había sido una serie de desafíos y pérdidas, pero él siempre encontraba una manera de sonreír y seguir adelante. Era un rayo de sol en un mundo a menudo sombrío, y su corazón latía con una intensidad que pocos podían igualar.
Una noche, mientras Lan Zhan caminaba por las antiguas calles de la ciudad bajo la luz plateada de la luna, escuchó una melodía que parecía venir de otro mundo. Intrigado y atraído por el sonido, siguió la música hasta un rincón apartado, donde encontró a Wei Ying tocando una flauta. La melodía era triste y hermosa, cada nota parecía contar una historia de amor y pérdida. Lan Zhan sintió que su corazón se aceleraba, cada latido resonaba con la música de Wei Ying. Se acercó lentamente, temeroso de romper el hechizo. Wei Ying levantó la vista y sus ojos se encontraron. En ese instante, el tiempo se detuvo. Ninguna palabra era necesaria; sus almas se reconocieron de inmediato.
Desde ese momento, sus vidas cambiaron para siempre. Lan Zhan y Wei Ying se volvieron inseparables, dos mitades de un todo perfecto. Pasaban horas juntos, compartiendo secretos, risas y sueños. Lan Zhan enseñaba a Wei Ying las artes marciales y la disciplina, mientras Wei Ying le mostraba a Lan Zhan la belleza de la vida y la alegría de vivir. Sus corazones latían al unísono, y cada momento compartido era un tesoro.
Sin embargo, una gran divinidad les observaba desde el más allá, consciente del profundo amor que se profesaban. Esta divinidad, sabiendo que si Lan Zhan y Wei Ying permanecían juntos en esta vida, sería la última vez que sus almas se encontrarían, tomó una decisión dolorosa pero necesaria. Para asegurar que su amor pudiera trascender múltiples vidas, dictaminó que debían separarse. Al conocer este destino, Lan Zhan y Wei Ying, con el corazón roto pero lleno de amor, decidieron aceptar su separación para poder amarse eternamente, en cada vida que se les otorgara, y así mismo, sacrificaron su presente y su amor, para lograr que Wei Ying siguiera viviendo esta "oportunidad" que se le otorgó.
Antes de su inevitable separación, Lan Zhan y Wei Ying decidieron vivir lo mejor que pudieron. Sus familias, enteradas del sacrificio que hacían, los apoyaron incondicionalmente, intentando que sus últimos días juntos fueran los más felices. En una noche mágica, bajo la luz de la luna llena, organizaron un baile de despedida. La música llenó el aire, y la magia de su amor iluminó todo a su alrededor. Lan Zhan y Wei Ying se movieron al compás de una melodía eterna, sus miradas cargadas de amor y tristeza. Cada paso era un tributo a los momentos compartidos y a las promesas de futuros reencuentros.
En esa noche, sus corazones latían como uno solo. Cada mirada, cada toque, cada susurro era un recordatorio de su amor eterno. Aunque sabían que debían separarse, la fuerza de su amor les daba consuelo. Bailaron hasta que las estrellas comenzaron a desvanecerse, y el primer rayo de sol asomó en el horizonte. Con lágrimas en los ojos y una sonrisa en los labios, se despidieron con un beso que selló su promesa de amarse más allá del tiempo y las circunstancias.
Después de esa noche inolvidable, Lan Zhan y Wei Ying tomaron caminos separados, pero el amor que compartieron dejó una huella imborrable en sus corazones.
Muchas personas se preguntaron sobre que fue de la vida de ellos dos después de su separación...
Lan Zhan, con el peso de la separación y la promesa de amor eterno en su corazón, regresó a su hogar en la secta Gusu Lan. Sus días volvieron a llenarse con la rutina de sus responsabilidades y deberes, pero algo en él había cambiado para siempre. Lan Zhan se volvió aún más reservado, sus emociones guardadas detrás de una fachada tranquila y serena. Sin embargo, en su interior, su amor por Wei Ying ardía con fuerza. Cada noche, cuando el silencio llenaba la habitación, tocaba su guqin, dejando que las notas tristes y melancólicas fueran un tributo a su amor perdido. La música era su consuelo, un eco de las melodías que Wei Ying solía tocar. Su amor por Wei Ying se convirtió en una fuerza guía, recordándole que, aunque estaban separados, su amor era eterno.
Wei Ying, por su parte, se enfrentó a su propio destino. Después de su despedida, continuó su camino en el mundo, desafiando las sombras y los obstáculos con la misma valentía y espíritu indomable que siempre lo había caracterizado. Sin embargo, la ausencia de Lan Zhan dejó un vacío en su vida. En momentos de soledad, Wei Ying recordaba los días llenos de risas y las noches bajo las estrellas con Lan Zhan. Cada melodía que tocaba era una carta de amor no escrita, una promesa de que su corazón siempre estaría con él. A pesar de los desafíos, Wei Ying encontró fuerza en su amor por Lan Zhan, convirtiéndose en una leyenda en el mundo de los cultivadores, conocido tanto por su destreza como por su trágica historia de amor.
El tiempo pasó, y ambos siguieron con su vida, llevando consigo los recuerdos de su amor. Aunque no podían estar juntos, sus corazones seguían latiendo al unísono, unidos por un hilo invisible. En los momentos de mayor desesperanza, Lan Zhan y Wei Ying encontraban consuelo en la certeza de que su amor era más fuerte que cualquier adversidad.
A lo largo de los años, la historia de Lan Zhan y Wei Ying se convirtió en leyenda. Sus nombres fueron susurrados en canciones y relatos, recordando a todos que el amor verdadero trasciende el tiempo y las circunstancias. En las noches de luna llena, se decía que se podía escuchar la melodía de una flauta y un guqin, tocando al unísono, un eco del amor eterno que nunca murió.
Finalmente, en una vida futura o en un reino más allá de la comprensión mortal, Lan Zhan y Wei Ying se encontrarían de nuevo. Sus almas, siempre destinadas a estar juntas, se reconocerían al instante. En ese momento, todo el dolor y la tristeza de sus vidas pasadas se desvanecerían, dejando solo la pureza de su amor.
Y así, en algún lugar donde el tiempo no tiene poder y el amor es eterno, Lan Zhan y Wei Ying estarían juntos, sus corazones entrelazados para siempre, tocando su melodía de amor sin fin.
ESTÁS LEYENDO
Eco de un amor eterno | WANGXIAN Finalizada
FanfictionY así, en algún lugar donde el tiempo no tiene poder y el amor es eterno, Lan Zhan y Wei Ying estarían juntos, sus corazones entrelazados para siempre, tocando su melodía de amor sin fin. Esta es la historia de Lan Zhan y Wei Ying, dos jóvenes cuyos...