-Hija ¿estás bien?- Preguntó mi madre tras de mi.
Estaba temblando apretando mis ojos con toda mi fuerza posible cuando sentí que mi madre me agarraba del brazo para girarme.
-Janet estás fatal- Me informó mi madre preocupada.
Abrí los ojos y me encontré con su mirada castaña oscura que me miraba con atención.
Mi madre me miró y me acarició la cara para apreciar me temperatura,que según su expresión, era un tanto alta.
Murmuró algo mientras se levantaba y bajaba rápido por las escaleras.
Me destapé en cuanto salió de la puerta y me senté en la cama para pensar en lo que acababa de pasar. ¿Por qué había pensado que era un asesino? Sabía que mi madre iba a llegar sobre esa hora e igualmente no se me pasó por la cabeza que pudiera ser ella.
Mi madre volvió con un vaso de leche y un termómetro.
Salió de nuevo tras ponerme el termómetro y me quedé pensando.
Creo que mi madre tenía razón. No le tenía que hacer mucho caso a las muertes que estaban habiendo. O al menos, no más del necesario.
-Janet hija ¿qué te ha pasado?- Preguntó mi madre volviendo a entrar, esta vez, con una pastilla- Treinta y ocho y medio- Susurró para si misma mirando el termómetro.
-Nada, que me iba adormir y me he empezado a sentir mal, y eso- Le expliqué.
-Bueno vale, me voy a ir a dormir, y tú deberías hacer lo mismo. Cualquier cosa me llamas que estamos al lado- Mientras esperaba alguna respuesta yo asentí y me dio un beso en la cabeza deseándome buenas noches.
En cuanto salió me miré las manos y repetí en mi cabeza todo lo que había sucedido antes.
Sin quedarme otra cosa que hacer, me volví a arropar, y tras minutos en silencio, pude conciliar el sueño.
...
Me desperté tarde como de costumbre y bajé a la cocina para comer.
Como desde hacía unos días mi madre buscaba trabajo comía sola -tampoco era gran problema, eso lo llevaba haciendo toda mi vida-.
Después de comer y recoger toda la mesa me dispuse a elegir la ropa de la quedada.
Eran las 15:00 y quedaban tres horas todavía, pero la amenaza por parte de Nicolas de llegar tarde me dejo un poco acojonada la verdad.
Tras un largo rato de elección, elegí la misma ropa de ayer, con la diferencia de llevar la chaqueta de Liam para no pasar frío.
Me maquillé un poco para quitarme mis colores de muerta habituales y me senté en el sofá para hacer tiempo hasta que faltaran cinco minutos.
Una vez pasó el tiempo y salí de mi casa, vi a Nicolas esperando en los buzones como habíamos acordado.
Antes de saludarme me dio un repaso y cuando cruzamos miradas apartó sus ojos de mi vista.
Que buen saludo.
-Ayer te vi por la ventana- Añadí sin saber que decir.
-Enhorabuena- Me contestó sin una pizca de emoción.
YOU ARE READING
Un cigarro después de la muerte
Teen Fiction¿Qué harías si llegas nueva a un pueblo repleto de asesinatos? ¿Qué harías si ves que en cada asesinato que sucede encuentran un cigarro entre los labios de la víctima? ¿Qué harías si tu grupo se propone buscar al culpable de todo esto? ¿Qué harías...