Dedicatoria

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Le dedico esto a todas las personas que me hicieron sentir que llorar era un defecto, que ser sensible estaba mal y que, por ello, mis sentimientos no valían. Quiero decirles que quienes más lloran son los más valientes, porque las personas sensibles viven intensamente cada momento y, por tanto, la vida misma. Gracias por darme la inspiración para encontrar mi voz en este libro .

Y a todos aquellos que, a pesar de todo, siguen bailando, aunque la música cambie, se acabe o haya silencio. Ojalá nunca dejéis de bailar

 Ojalá nunca dejéis de bailar

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Besar,casar o matarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora