Hacía ya tiempo que estaba soltera, necesitaba estar sola y tener tiempo suficiente para conocerme y disfrutar un poco de la vida, sin la necesidad de tener la atención constante de un hombre.
Había salido de una relación que, para mi, era larga. Estuve un par de años dedicando mi tiempo y atención a alguien que, a pesar de que lo merecía, no conseguía llenar ese vacío de mi interior.
Un hombre que por más que hubiese querido, y siempre iba a tenerle cierto cariño, en estos momentos no podía darme algo que sólo yo podía darme:
Amor propio y seguridad en mi misma.
Habíamos terminado de la mejor forma posible pero, aún así, una parte de mi sentía ese sentimiento al que llamamos culpa. No me gustaba hacer daño a la gente y ,sobretodo, no me gustaba que sufrieran por mi culpa.
Necesitaba poder encontrar el significado de "felicidad" por mí misma, y sin hundir a nadie más durante el proceso. Por eso decidí que no estaba preparada para estar en una relación.
Todavía era muy joven, tenía 20 años y tampoco quería que mi felicidad dependiese de nadie, y menos, de una persona. Porque mientras la otra persona tratase de hacerme feliz, solo yo misma podría conseguir esa felicidad.
Porque, al final, es bastante real el hecho de que si tú no te quieres a ti mismo, nadie lo va a hacer. Tus relaciones van a ser bastante inestables y al final no vas a acabar saliendo del pozo en el que te has metido tú mismo. Por eso quise empezar por ese primer paso antes de empezar a relacionarme con otras personas y hundirles junto a mí.

ESTÁS LEYENDO
Unfollow
RomanceLa teoría de cómo un unfollow puede derivar a conocer a tu alma gemela.