13. Mafia - Prisionero equivocado

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Song Lan recuperó la conciencia solo para darse cuenta de que tenía los ojos cubiertos con una venda y que estaba amordazado. Respiró profundo, tratando de mantener la calma ante esa situación, trató de escuchar lo que pasaba a su alrededor, pero sólo percibía el ruido del tren al pasar y de tubos y láminas siendo amontonadas.

- Parece que nuestro invitado de honor está despertando - dijo una voz oscura, profunda y malvada - ¿Puedes entenderme, querido invitado?

Song Lan asintió con la cabeza, la textura de la tela seguramente sucia en su boca hizo que las arcadas se hicieran presentes.

- A-Xian...

- Un segundo, primo - dijo el de la voz malvada - ¿Puedes reconocer mi voz? ¿Sabes quien soy?

Song Lan negó rápidamente con la cabeza, jamás olvidaba las voces, nunca olvidaba nada. Sus manos estaban atadas detrás de su espalda y algo húmedo manchaba la cuerda. Deseaba que desapareciera aquella asquerosa sensación.

- A-Xian, creo que... - la segunda voz era más suave, casi como si estuviera sonriendo.

- ¡Pero primo! - Ahora el dueño de la voz malvada sonaba como si estuviera haciendo pucheros - Prometiste que me dejarías interrogarlos.

- A-Xian, esta persona parece que va a vomitar...

- ¿Eso es malo?

- Sí, puede ahogarse.

- Ah...

- Y morirse.

Song Lan sintió como su boca era liberada, y su estómago hizo lo mismo. Todo el contenido de su estómago fue vaciado justo en su regazo. Seguía con los ojos cerrados y, extrañamente, un mareo lo invadió una vez que pudo percibir todos los aromas del lugar.

Grasa y óxido, combustible, humedad. Y también sangre.

- A-Xian...

- ¿Qué?

- ¿Estás seguro de que agarraste al correcto?

- Pues... ese es el que dijo la tía Baoshan.

- Ay no

- ¿Nos equivocamos?

- Nos equivocamos.

Lo ayudaron a recargarse en el respaldo de la silla, sintió como alguien lo rodeaba, olía a té, dulce y amargo y picante. La venda de sus ojos la retiraron y, cuando su vista se aclaró, un par de ojos grises lo recibió. No se equivocaba, esos ojos parecían sonreír a pesar de que los labios del joven de cabello castaño y traje negro se mantenían en una línea firme.

- Bueno, supongo que tenemos que mantenerlo callado, ¿no es así? - el joven de voz dulce que le había quitado la venda le sonrió y le guiñó un ojo. Song Lan vio que tomaba un poco de papel y lo humedecía - Xingchen, la tía Baoshan va a matarnos.

- No lo hará, solo tenemos que encontrar al que sí es y dejar a este guapo sujeto en donde lo encontramos.

Xingchen... Xingchen... Xingchen. Era un nombre bastante bonito, así como el gris de sus ojos. Song Lan dejó que el joven le limpiara los labios y la barbilla. Xingchen se apoyaba de su hombro mientras lo ayudaba a asearse, sin embargo no sentía que el contacto de ese joven fuese sucio o malo.

- ¿Qué vamos a hacer con usted? - Song Lan no soltó ninguna palabra - Comprenderá que no podemos dejarlo ir así como así... ¿verdad?

Song Lan se limitó a quedarse callado, el joven no le quitaba la mirada de encima y eso lo ponía más nervioso de lo que ya estaba.

- ¿Me puede prometer algo? - "lo que sea" pensó Song Lan - Si lo libero no tendrá que decirle a nadie de esto... supongo que lo entiende...

- Lo.. entiendo - Xiao Xingchen le sonrió y lo ayudó a levantarse, el hombre de ojos grises se sorprendió un poco de la altura del secuestrado de ojos azules. Soltó una ligera risa y entonces tomó su corbata y se la quitó. Song Lan no comprendía las acciones de aquel sujeto, hasta que "Xingchen" se levantó de puntas y le colocó la corbata en los ojos.

- Veo que no le gustan los trapos sucios que usamos para usted, así que... ¿Cuál es su nombre?

- Song Lan, Song Zichen - Wei Wuxian hizo un gesto de burla al ver ceder tan pronto a ese hombre por su primo, revelando su nombre sin siquiera considerar si era buena idea.

- Song Lan... A-Lan - Xiao Xingchen sonrió genuinamente esta vez y terminó de hacer el nudo por la nuca de Song Zichen - A-Lan, le cubriré los ojos con mi corbata, no se preocupe, está limpia. Y esta vez no le cubriré la boca.

Song Zichen pensó que la nueva sensación era infinitamente mejor que los trapos sucios. la corbata olía a perfume, apenas perceptible y tenía un aroma suave. Pero el aroma real de esa persona era mucho mejor que la colonia que llevaba.

EL camino de regreso fue en parte silencioso, los tarareos de Xiao Xingchen hacían que el camino fuese un poco más ameno. Sin embargo, Song Lan estaba tratando de reconocer el aroma que lo rodeaba. Olía a madera húmeda y metal oxidado. El aroma salado del mar le hizo saber que estaban en las costas.

La puerta del carro se abrió y, contrario a la manera en que lo habían subido a un vehículo, ahora lo sacaron con cuidado.

- Tus manos no están atadas, así que podrás quitarte la venda de los ojos solo cuando yo me vaya... ¿de acuerdo?

- De acuerdo.

- Es una verdadera lástima... - murmuró Xingchen, su voz se escuchaba cada vez más lejana - Mejor te hubiera dejado conmigo...

Lo último se escuchó casi en un susurro y Song Lan estaba confundido por lo que había escuchado.

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Habían pasado varios días desde aquel suceso. Song Lan se había presentado en su trabajo con normalidad y había pedido disculpas por el retraso.

Había estado luchando una guerra en sus pensamientos. Por un lado quería olvidar lo que había pasado, denunciar a la policía y advertir a quien quiera que sería la persona que estaban buscando aquellos jóvenes. Y por otro lado quería volver a ver los ojos grises de "Xingchen".

Esa guerra ya tenía un vencedor, lo que lo tenía de pie justo en el lugar en el que lo habían liberado.

No tomó mucho tiempo cuando una camioneta se detuvo frente a él. El vidrio bajó y entonces volvió a escuchar la sonriente voz.

- ¿De nuevo aquí, A-Lan?

- Creo que sí.

- Mn, ya veo - Xiao Xingchen sonrió y entonces abrió la puerta del vehículo - ¿Quieres pasear a algún lado?

Song Lan no regresó a trabajar.

SongXiaoVerse! SongXiaoTober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora