- Capitulo 43 (II) -

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10:00 PM

Sara

—¿Trajiste agua bendita?, ¿Un sacerdote?— Pregunto a Melo apenas atraviesa la puerta, no puedo con esta loca, ya estamos acostumbradas y lo tomamos con un humor, pero me tiene harta con la lloradera y la gritadera por todo.

—¿Qué hizo mi demonio ahora?— Pregunta dejando las bolsas en la mesa y sacando el vino, me lanza una pinta de helado y una al súcubo que tengo junto a mi.

—¿Antes o después de romper en llanto porque el novio le regaló un teléfono y le trajo sus lentes?, porque antes; me reclamo por disfrutar de mi sexualidad, peleo con Ray por no dejarla pagar sus lentes, y ahora está llorando porque tu ex le arruinó "la primera vez", según yo había follado hace mucho pero parece que no.—

Ríe sentándose con una Coca-Cola en las manos y rio también, gracias a Dios no estamos sincronizadas o esta casa sería más peligrosa que el mismo infierno, Ruth se pone emocional, yo no conozco más que la ira y a Melo leda por encerrarse y amenazar a todo el mundo, me sorprende que no haya matado a nadie.

—Tal vez le arruino la primera orgia— responde dejando de lado la coca cola para tomar el helado, parece contenta, se ve relajada.

—No seas exagerada, se me salieron las lagrimas y no te estaba reclamando; te pregunte, y David si me arruinó algo ayer, lo odio, lo odio.— Escucho los gritos de Ruth mientras lucha por quitar la tapa al helado.

—No me sorprende, a el le encanta arruinar cosas, solo mírame.— Tiene los ojos hinchados.—¿Les sirvo vino o comerán el helado primero?—

Me levanto a buscar las copas en la cocina antes de que Melo lo haga y reemplazo el vino en el congelador por uno de los que trajo, tomo cucharas para los helados y vuelvo al sofá con todo en las manos. Coloco una copa delante de Ruth y otra para mi; Melo dijo que no quiere beber y no pienso ni mencionarlo.

—¿Vemos una película?— Tomo asiento al lado de Ruth que toma su copa y la llena de inmediato, a mi me urge mas el helado.—¿Hay un televisor en este departamento?—

Movemos la cabeza por el lugar buscando uno pero no hay ninguno, no vi ninguno en las habitaciones cuando nos dio el tour. —¿Quién mierda amuebla un departamento y no compra televisión? Ruth, estás segura que no es un asesino en serie?—

La estupidez de mi pregunta nos hace reír otra vez y no puedo creer al punto al que hemos llegado, conviviendo con asesinos y criminales como si fuera lo más normal, no representan un peligro para nosotras y Melo los conoce de toda su vida, pero se que deberíamos sentirnos al menos un poco mal o preocupadas, racionalmente hablando, estamos igual de desquiciadas que ellos.

—No he visto ninguno, hay computadoras; podemos usar una... Pero antes, necesito saber de tus encuentros con Alex; porque se que ha sido más de uno.— Dice.

—Yo también, pasaste de jurar que no debías a follar con él ayer...— Melo habla llevándose una cucharada de helado a la boca y acomodando las piernas en el sofá.

Me debato entre contar los detalles o quitarle importancia al asunto, pero honestamente, el día de ayer merece mención honorífica. Maldito muchacho del demonio.

—¿Con o sin detalles puercos?—

—CON DETALLES— Responden casi al mismo tiempo y me acomodo uno de los cojines en el regazo.

Haciendo memoria:

Camino hasta mi habitación después de dejar a Annett dormida en la suya y aun me preocupa su apego, a pesar de estar entrando de lleno en la adolescencia aún necesita que alguien esté con ella hasta que se queda dormida, puede ser simple costumbre, Melo lo hace desde que nació, apenas usaba su habitación el departamento porque siempre se quedaba con ella, e inconscientemente hemos desarrollado un sistema de compañeras desde que llegamos a este lugar; la primera noche era necesario, pero me gusta dormir con ella, al final del día estamos en un departamento lleno de criminales y no me atrevo a dejarla sola toda la noche; aunque patee como un caballo.

Eros -BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora