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Ese día Kim Namjoon debía ir a trabajar, pero estaba observando a Seokjin mientras él intentaba hacer una pequeña flor, la cual fue hecha y destrozada más de cinco veces.

-Señor Kim se me hace imposible trabajar bajo su atenta mirada-dijo Seokjin sin dar media vuelta y observar a su empleador y es que esa mirada azulada tan electrificante hace que su cuerpo entero empiece a temblar.

Pese a ser un idiota con todas las letras del abecedario no puede dejar de lado ese atractivo y esa manera de ser tan intimidante y molesta, sin mencionar que al parecer se le ha metido entre ceja y ceja estar pegado como chicle a toda costa.

-No parecía molestarte ayer, además teniendo a mi artista favorito en mi casa sería un desperdicio no ver trabajar esas manos tan prodigiosas que posees.

-No suelo dar espectáculos con mi arte, es un trabajo más bien solitario.

-Si es lo que deseas, entonces voy a dejarte trabajar.

Fue extraño escuchar esas palabras dichas tan naturales y pacíficas, tanto que en realidad no creyó en ninguna sílaba, por lo que no se sorprendió al escuchar pisadas luego de media hora cuando una charola con el desayuno fue dejada en una mesita cercana.

-Señor Kim por favor le ruego me deje trabajar-dijo suspirando al dar media vuelta pero fue mucha su sorpresa y decepción cuando observó a Susy, la chef con una media sonrisa.

-Buenos días Seokjin, lamento ser yo y no el Señor Kim.

-No seas tonta, no lo estaba esperando a él-sonrió Seokjin bebiendo el jugo de naranja.

-Él tiene ese don, no te preocupes-sonríe Susy.

-¿Ese don?-pregunta Seokjin con evidente curiosidad, preguntándose si acaso Susy y el Señor Kim...

-Sí, ese don de ser odiado al inicio pero luego es como un mal necesario, le llegas a tomar aprecio pese a sus falencias y actitud. Como un niño malcriado que te hace sonreír con sus travesuras.

Pese a la pregunta atorada en la garganta Seokjin no la formó con sus labios, simplemente sonríe y come el desayuno observando a Susy dar media vuelta al salir de la habitación, pero antes se detuvo un momento.

-Nunca pensé que alguna vez podría entrar aquí, pero el Señor Kim fue muy tajante en pedir que te suba el desayuno, dijo que no ibas a bajar y también dijo que observe que empieces a comer, ahora que mi misión está hecha me retiro.

Seokjin fue muy bien cuidado por Jimin y Taehyung en años anteriores, ellos se aseguraban de darle de comer y de llevarlo en contra de su voluntad a dormir, les agradece todo ese cuidado y por ello les retribuye cada vez que puede con lo que sea. Su corazón se siente tan cálido por ese cariño, no obstante ahora mismo el sentimiento es muy diferente con los cuidados de Kim Namjoon.

-Calma tonto corazón-se regaña dando un par de golpecitos en su pecho-solo es un jefe cuidando una inversión nada más.

Sabiendo que por esa mañana no iba a poder concentrarse decidió guardar todos sus instrumentos para ir a descansar, en la tarde trabajaría un poco más y luego dejaría el dormitorio tal como estaba antes, con la cama puesta en su lugar, un poquito alejada de la pared, pero estaría lista para ser usada por su dueño.

Al cerrar los ojos en su habitación sobre su cama boca abajo no pudo dejar de pensar en las palabras de Susy, ¿acaso debía pensar en Kim Namjoon como en un niño pequeño y malcriado? Debería darle lo que quiere para que no haga un berrinche, ya había probado el resultado de los berrinches de Kim Namjoon. Tal vez la actitud que le ha estado mostrando no es la adecuada, en todo este tiempo no ha hecho nada más que enfrentarlo y discutir en cada oportunidad, si tal vez se muestra un poco más tranquilo y tolerante tal vez podría hacer de su estancia un ambiente un poco mejor, con ello podría hacer una mejor escultura.

La parte racional de él quería mandar a volar ese pensamiento, por el amor de los cielos el hombre lo envió a la cárcel, le hizo perder todo y lo dejó prácticamente en la calle.

-No, no no, intentemos sobrevivir Seokjin-se dijo a sí mismo, ya había vivido algo como esto en su niñez, era injusto pero debía pensar en el objetivo principal, sobrevivir.

En el orfanato donde creció hubo todo tipo de injusticias, los niños más grandes le robaban su comida, en la escuela también, fue golpeado, humillado, insultado por no tener padres, nadie lo protegió y aún así siempre mostró una actitud calmada, no se dejaba invadir por el resentimiento y por la ira, una vez lo hizo y lo golpearon hasta enviarlo al hospital, si esta vez hacía lo mismo tal vez el hospital era el mejor lugar al que lo podía enviar, en el peor de los casos su vida sería arruinada para siempre y tal vez viviría bajo un puente vendiendo obras que nadie querría comprar.

Seokjin también aprendió una lección valiosa en sus años oscuros y es que es mejor temer de la buena actitud de un hombre como Kim Namjoon, algo trama bajo esa fachada. No es normal que de un día para el otro se comporte de esa manera.

Con pensamientos entremezclados Seokjin se quedó dormido tan profundamente que no sintió cuando tocaron la puerta para decirle que la comida estaba lista, mucho menos cuando Kim Namjoon fue verlo cuando le dijeron que no abrió la puerta.

Al entrar a la habitación Kim Namjoon no tuvo la intención de ir despacio, lo iba a despertar para que lo acompañe a comer pero no pudo evitar dar pasos silenciosos hasta llegar a Seokjin, quien se encuentra dormido boca abajo, con el rostro de lado, ahí sobre su mejilla hay un poco de arcilla y antes de que pueda evitar sus movimientos Namjoon se agacha para quitar la mancha con el dedo pulgar y cuando empieza a darse cuenta de lo que está haciendo un par de ojos dorados lo están observando.

Canario Dorado (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora