Chapter One.

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Número uno: Mi tipo ideal debe tener una linda escritura.

Fué lo que leyó Hao al observar el papel en sus manos que tomó por prestado ayer antes de ingresar a clases.

De acuerdo, quizás ésto estaba mal. Meterse en la privacidad de Hanbin no era lo que quería.

Pero vamos, si así era como podía darse cuando de lo mucho que le gustaba todo iba a valer la pena. O eso era lo que realmente esperaba.

Aprovechó rápidamente la hora de receso para sacar su cuaderno de aportes de su mochila, lo abrió como pudo y en su rostro se formó una mueca algo indescifrable de describir.

Diablos, su letra era horrorosa.

Sacó un lapicero negro del primer cierre y comenzó a escribir tratando de que su letra fuera más presentable y redonda.

Bueno, tampoco le salió bien.

¿Por qué escribía tan mal?

Hanbin entró a la cafetería después de hablar con el director sobre la fiesta de graduación, al ser parte del comité de decoración junto a los demás chicos que lo conformaban escogieron el tema. Cuando vió a Hao a lo lejos sonrió en grande y se acercó a él dando pequeños saltos ignorando sí los demás lo saludaban.

No era su intención, pero sólo se había concentrado en su mejor amigo.

Cuando llegó a su lado, notó el rostro de Hao, se mostró confundido por el hecho de que éste tenía un puchero en sus labios y se veía algo triste.

— ¿Sucede algo, Hao?

El mencionado miró a Hanbin abriendo sus ojos de golpe, no había notado a Hanbin hasta ahora por lo que no sabía qué decir.

— Ah..

— ¿Estabas escribiendo?

— No como tal, solo quería revisar algunas notas de la clase de hoy.

Hanbin asintió ya convencido, totalmente confiado de las palabras de Hao.

— Hanbin.

— ¿Sí?

— ¿Tú crees que mi letra es bonita?

Hanbin inspeccionó su cuaderno pasando las páginas al azar, necesitaba ver lo que escribía para responder a su pregunta.

— No diría que es bonita.

— Oh.

— Es perfecta para tí.

— ¿Qué?

— Hao, tú letras es perfecta porque es tuya, no la cambies, se ve muy bonita tal y como es. — Respondió al ver las escrituras en la última página, donde al parecer estaba tratando de mejorar su letra.

Hao sonrió conmovido por sus palabras, con ello se sintió mucho mejor. Podría decirse que el número uno estaba casi bien hecho.

— Gracias, Binnie.

— No hay por qué, ahora ¡Pásame los apuntes de clinica! Falté la mitad de la clase.

Zhang asintió feliz y le entregó su cuaderno mientras de su mochila sacaba dos jugos para ambos que había comprado antes.

Si Hanbin estaba feliz, él también lo estaba.

La lista de Hanbin ⵌ HaoBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora