Rumores en la gala PARTE 3

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ADEVERTENCIA: Contenido +18

Swift iba caminando con toda la gracia que la caracterizaba, ella tenía una muy buena confianza sobre ella y autoestima, que le ha llevado algunos años obtener, luego de los problemas alimenticios y de ser atacada por su delgadez en aquella época donde todo era muy cuestionable, se detuvo en su mesa, la gente estaba yendo a tomar bocadillos, ella no tenía ganas de ninguno ahora, su apetito no se encontraba en las mejores condiciones, una anciana amable se acercó a ella un momento solo para decirle lo mucho que la admiraba, lo hermosa que era y sin dejar de lado la talentosa mujer que es.

Ella le agradeció dulcemente, le recordaba un poco a una tía abuela que tenía de parte de la familia Swift, eso, la llevó a pensar en su abuela Marjorie, dónde estuviera, ojalá se sintiera orgullosa de ella y todo lo que ha logrado por sí misma.

Travis venía con una sonrisa tan enorme que nadie podía quitársela, la señora vio al enorme hombre, sonrió, despidiéndose de Taylor y se fue a su mesa.

—Tay— la tomó de los hombros, por detrás.

—Trav— dijo riendo. —¿Pasó algo mientras fui al baño? —

—No realmente— la interrumpió dándole besos en los hombros.

No sabía que era, pero esa noche se encontraba demasiado efusivo, besando los hombros de su esposa con gran deseo, todos podían notarlo, algunos preferían darse la vuelta para darles privacidad, a otros les parecía adorable el amor que se demostraban sin miedo, y uno que otro, hizo de las suyas, grabando ese dulce momento.


Kelce no quería dejar de hacer eso, apretó un poco los hombros de la rubia, dándole a entender lo que no ha dejado de pensar desde que salieron del hotel.

—Trav— volteó a verlo riendo. —Estoy perfectamente consciente de lo que tu mente está maquinando—

—Me alegra que lo sepas, eso me motiva todavía más— la mirada ardiendo en fuego estaba volviendo.

—Tienes que contenerte, hay demasiadas personas aquí, se darán cuenta—

—No me importa si se dan cuenta que tengo unas enormes ganas de penetrarte— sonrió descarado.

—¡Travis!, Dios mío, ya no hables— volteó para todos lados rezando que nadie haya escuchado, con las mejillas enrojecidas y la cara tan caliente que no iba a poder ocultar eso, el calor que subía a su cara en ese momento, todos lo verían. —No tenemos niños alrededor, pero tenemos gente desconocida— el vocabulario que usaba en ese momento no era adecuado.

Él trataba de contenerse. —Es verdad— se tronó los nudillos, nervioso. —Tay, yo creo que metieron un afrodisiaco en mi bebida— bromeó.

—No, ya estabas así antes de que saliéramos del hotel— dijo riendo. —Trata de controlarte, todavía falta un poco del evento y podremos irnos—

—¡Ahh! — se llevó las manos a la cara. —Ahora sé cómo se siente Evie cuando le decimos que no a algo— rio.

—Puedo verlo— rio. —Pero no creo que se compare con eso—


Los minutos parecieron horas para Travis, quien trataba de distraer su mente conversando con las personas de las mesas, todos se iban poco a poco, ya quedaba menos gente, Brittany se acercó para agradecerles su asistencia, invitándolos a comer a su casa, hace mucho que no se veían y creyó que sería buena idea que los niños conocieran un poco más a los hijos de la pareja, ellos aceptaron, hace un tiempo que no los frecuentaban.

—Amigo, calma— Patrick estaba mirando como los ojos de Travis no podían dejar de mirar a Taylor.

—¿Qué? — volteó.

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