CAPITULO 34: ULTIMA CONFRONTACIÓN

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Narra Kikyo

Koga estaba tirado frente a mí, rodeado con su propia sangre, mientras Yumi lloraba desconsoladamente a mi lado; estaba completamente en shock. Él me había confesado que me amaba, y no terminaba de procesar sus palabras.

-Te amo, Kikyo, -susurró con gran dificultad, luchando por mantenerse consciente.

-No digas eso, Koga, por favor, -rogué, mientras las lágrimas corrían por mis mejillas, y aunque intenté sonreírle, el dolor físico y emocional me lo impedían.

Tantos años sufriendo por la falta de amor, por la pérdida de todos mis sueños, aferrándome a alguien que solo se amaba a sí mismo, me volvieron ciega ante los demás. No quise ver el amor genuino que me ofrecía Koga, no quise abrirme a la posibilidad de ser feliz otra vez; tenía miedo de aceptar que yo...

Flash Back

-¿Qué haces aquí, Kikis? -El tono burlón de Koga resonaba en mis oídos, sacándome de mis casillas.

-Sabes que odio que me digas así -respondí frustrada, mientras cruzaba mis brazos y me apoyaba en la pared. Aunque en realidad, ya me había acostumbrado a que me llamara de esa forma.

-¿En serio? -acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, gesto que hizo que mi corazón saltara-. Algo me dice que te gusta.

-Ah, ¿sí? -asintió en respuesta-. ¿Y qué es ese algo que te hace creer tal mentira? -pregunté con una seguridad que se había desvanecido al tenerlo tan cerca de mí.

-Tu mirada tímida... -comenzó a decir, acercándose aún más, hasta que me acorraló contra la pared, colocando sus manos a cada lado de mi cabeza. Sus ojos azules me miraban con una intensidad que me hacía temblar por dentro, mientras su aliento cálido rozaba mi piel.

-Estás malinterpretando las cosas, Koga. -Mi voz sonaba más débil de lo que hubiera querido, pero luché por mantener mi compostura.

-Entonces, -sus labios rozaron mi oreja, enviando un escalofrío por mi espalda-, ¿por qué tu corazón late tan rápido cuando estoy cerca?

-No te confundas, Koga. -Mi voz temblaba ligeramente, estaba nerviosa y desvié la mirada para evitar caer en su hechizo-. Solo somos dos aliados en una batalla sin sentido.

Él soltó una risa ronca, como si mis palabras fueran solo una broma para él.

-Claro, Kikis -dijo con una sonrisa traviesa-. Tienes toda la razón.

De pronto, escuchamos la voz de Naraku, ambos nos pusimos pálidos al ser descubiertos; volteamos a ver inmediatamente mientras Koga se separaba abruptamente de mí, y afortunadamente él estaba en una llamada. Segundos después, guardó su teléfono y se acercó a nosotros con una calma que daba miedo.

-Koga, necesito que vayas por la Señorita Higurashi, -dijo con voz firme y llena de ira.

Fin Flash Back

-Cuida de mi Yumi, por favor, - dijo con suavidad, aferrándose a cada palabra con todas sus fuerzas-. Enséñale a ser fuerte y valiente, como tú. Y recuérdale cada día que, a pesar de mis errores, siempre la amé con todo mi corazón.

Con un nudo en la garganta y el corazón destrozado, asentí con dificultad, prometiéndole cumplir su último deseo. Tomé su mano entre las mías y, al sentir cómo el calor de su cuerpo se desvanecía, comprendí y acepté demasiado tarde que, a pesar de todo, yo también amaba a Koga.

De pronto, una luz cegadora iluminó el lugar; alcancé a ver a Koga sonreír mientras cerraba por completo sus ojos. Tomé a Yumi entre mis brazos, y saqué fuerzas de donde no tenía para correr y esconderme con la niña detrás de una pila de madera seca. Cuando mis ojos se acostumbraron a aquella luz, unos hombres vestidos de negro con pasamontañas que cubrían sus rostros tenían rodeado el lugar y apuntaban directamente a Naraku, quien, en ese instante, utilizó a Kagome como escudo protector.

UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora