𝙵𝚘𝚛𝚋𝚒𝚍𝚍𝚎𝚗 𝙻𝚘𝚟𝚎 || (𝐭𝐨𝐥𝐥)

𝟷𝟹

-Shh... shh...- mi madre me acariciaba la espalda, aún estábamos en el piso, mi hermano me sostenía la mano y al mirarlo de reojo pude verlo llorar. Dejé que mi madre me consolara, lo necesitaba y me importaba una mierda si mi padre me veía así, me sentía roto, vacío, me habían arrancado una parte de mi.

La última vez que mi madre me había abrazado de esa manera fue cuando tenía 6 años, al pasar corriendo en el arenero del parque caí de cara, consiguiendo una gran cantidad de arena en mis ojos y boca, jamás volví a llorar de esa manera ni como ahora. Incluso cuando mi padre me dejó preso 4 meses y me dejó en vergüenza frente a su familia...

-Cariño... tienes que ducharte- mi llanto había cesado y ya solo lloraba en silencio- ven...- mi madre se puso de pie y yo la seguí- Logan cariño, búscale ropa a tu hermano por favor- mi hermano asintió y limpio sus lágrimas poniéndose de pie también.
-Esperen aquí...- les susurre a ambos y entre a mi baño, me desvestí lentamente mientras la bañera se llenaba, quite mi bandana y desaté mis rastas... me mire fijamente y recordé lo que alguna vez mi Bill dijo...

"-Deberías cambiar tu look- tomo una de mis rastas entre sus dedos, estábamos acostados en su cama abrazados.
-¿Estás loco? Claro que no- dije en un tono divertido.
-Te irían bien unas trenzas africanas- se sentó en mi regazo con una gran sonrisa- te imagino con ellas y te verías realmente sexy- dijo sonriendo y mordiendo su labio inferior.
-¿Como por que me imaginaste con trenzas africanas?- pregunté divertido y poniendo mis manos en sus muslos.
-Y negras- levantó sus cejas varias veces.
-Pero amor...- solté una carcajada y se cruzó de brazos.
-Es que vi unos modelos en una revista...- se levantó y fue a su escritorio- mira, en esta- me la extendió y la tome, busque los dichosos modelos y ahí estaban.
-Se ven bien pero... no sé ¿y si no me gusta como se ven?- volvió a sentarse en mi regazo y yo dejé la revista a un lado.
-No pierdes nada con intentarlo- me hizo un puchero.
-Mmm... lo pensaré- lo tome de los brazos y lo jale hacia mi- ¿sabes que te amo mucho verdad?- dije en sus labios y me sonrió, esa sonrisa tan preciosa...
-Lo sé, yo también te amo mucho- lo abracé y nos besamos- pero hazte las trenzaaaaas- dijo después de separarnos y yo solté una carcajada, necio."

Esto me iba a doler toda la vida... Bill me iba a hacer falta las 24 horas del día todos los malditos días de mi vida.
Después de ducharme salí y mi madre estaba ordenando un poco, Logan ya no estaba, suponía que también se había ido a cambiar.

-Vístete cielo, vuelvo en un momento- salió y cerró la puerta. Sin muchos ánimos me vestí, un jersey negro, me daba igual que no fuera dos o tres tallas más grande que la mía, unos jeans también de mi talla color negro; sinceramente no recordaba tener esas prendas en mi clóset.
Seque mis rastas, y las amarre en una coleta alta, sin bandana... sin nada. Después de unos minutos entro mi madre y yo seguía frente al espejo, ¿que habría dicho Bill si me miraba con ropa de mi talla? Probablemente diría "hasta que te ves decente" claro que a modo de broma.
-¿Vamos?- dijo mi madre dulcemente, detrás de ella estaba Logan también vestido con ropa negra, mi mamá se había puesto un vestido color negro... negro... Bill siempre vestía de negro la mayor parte del tiempo. Y bueno mi padre ni siquiera me miró cuando entre y salí de casa, bah, me importaba un carajo.

Le harían una pequeña ceremonia y después... bueno, esta de más decirlo.

Cuando llegamos había familiares de Bill... amigos y una linda foto de él sonriendo junto a su ataúd... su madre lloraban en el ataúd de su hijo.

-Que bueno que están aquí- escuché la voz de Kate, después vi que se alejaba un poco con Logan y mi madre se acercaba a Simone, quien la abrazo y lloro en su hombro.
-Hey...- me gire y era Cassandra... su prima.
-Hey...- apenas y se escuchó mi voz, me había puesto unos lentes negros, mis ojos estaban hinchados y rojos, y así permanecerían por un buen tiempo.
-¿Como estas?- preguntó.
-Muriendo...- se me corto la voz y sentí su mano en la mía.
-Lo siento mucho Tom...- también se le corto la voz.