Conociéndose

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Lara caminaba por la concurrida calle principal de la ciudad mientras sostenía un café caliente en una mano y su móvil en la otra. Estaba concentrada en su conversación cuando, de repente, chocó con alguien.

"Oh, lo siento mucho", dijo Lara mientras miraba hacía arriba para ver a un joven de ojos verdes que la miraba con una sonrisa. "No te preocupes", respondió el joven, que se presentó como Brian.


Ambos se disculparon de nuevo y comenzaron a charlar un poco. Descubrieron que compartían una pasión por la música y las películas de terror, lo que les dio suficiente material para conversar durante unos minutos más.

Después de un breve intercambio, Brian le preguntó a Lara si quería tomar un café y continuar conversando. Ella aceptó gustosamente y caminaron juntos hasta la cafetería más cercana.

Sentados en una mesa cómoda, Lara y Brian hablaron de todo, desde sus estudios y sus pasatiempos hasta sus lugares favoritos en la ciudad. Se rieron y se divirtieron juntos, y pronto se dieron cuenta de que habían estado charlando durante horas.

Cuando llegó el momento de despedirse, Brian le pidió su número de teléfono, prometiendo llamarla para organizar una cena juntos. Lara sonrió, agradecida por el encuentro casual que les había permitido conocerse y hacer un nuevo amigo.

Lara le dio su número a Brian, y él guardó el contacto en su teléfono con una sonrisa. Después de unos minutos de charla, decidieron irse por caminos separados.

Mientras ella caminaba por la calle, no podía dejar de pensar en lo agradable que había sido su encuentro con Brian. A pesar de que se habían conocido de forma casual, se había sentido cómoda hablando con él, como si lo hubiera conocido durante años.

Pocos días después, Lara recibió una llamada de Brian, tal como había prometido. Le propuso organizar una cena juntos en un restaurante nuevo que había descubierto, y Lara aceptó emocionada.

La cena fue aún mejor de lo que Lara había imaginado. La conversación fluyó con facilidad, y se rieron tanto que la gente de las mesas cercanas se les unió.

Al final de la noche, Brian acompañó a Lara hasta su casa, y antes de despedirse, le pidió una segunda cita. Lara aceptó de inmediato, y se despidieron con una cálida sonrisa.

En los días siguientes, Lara y Brian continuaron saliendo juntos. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y disfrutaban de la compañía del otro.

A medida que iba pasando el tiempo su relación se volvía más cercana, comenzaron a planear más aventuras juntos, como ir al cine, explorar nuevos lugares de la ciudad, e incluso un viaje de fin de semana a la playa.

Lo que había comenzado como un encuentro casual en la calle, había llevado a Lara y a Brian a una amistad y relación cada vez más profunda. Y todo gracias a ese momento de casualidad en el que chocaron en la calle.

Viviendo con mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora