𝘙𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘮𝘦

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Tan solo hace un par de semanas su relación con la sargento calhoun estaba de maravilla, ellos dos viviendo juntos y felices. Él la amaba con todo su corazón y ella... no lo suficiente.

Un día a altas horas de la madrugada Felix se despertó como a veces lo hacia para ir al baño, pero está vez fue diferente. El ruido de los vagones lo despertó, señalando la llegada de alguien al juego. Se asomó ligeramente por la ventana a ver quién había llegado, sorprendentemente era su esposa estaba llegando, cuando se dió cuenta de eso miro hacia la cama en dónde ella deberia de estar dormida, no había nadie.

El ruido de la puerta abriéndose lo hizo reaccionar y acostarse en la cama, fingiendo dormir. La sargento Calhoun entró haciendo mucho ruido, ignorando si su esposo se despertaba, Félix notó el fuerte olor a alcohol cuando ella tropezó al entrar. Mantuvo los ojos cerrados y la respiración lenta, esperando que no se diera cuenta de que estaba despierto. Ella al estar en el dormitorio que compartían torpemente saco un cajón escondido debajo de la cama y guardo unas fotos, para después acostarse en la cama a dormir sin revisar si había cerrado bien el cajón.

Esperó un rato, asegurándose de que ella estuviera profundamente dormida. Luego, con movimientos lentos y silenciosos, se deslizó fuera de la cama. Fue directo a la parte de donde habia sacado el cajón que estaba entreabierto, con algo de miedo lo termino de abrir encontrándose con una realidad que no quería ver.

Había fotos, cartas, flores, todas esas cosas firmadas por un tal "Alexander", un hombre bien parecido que aparecía en las fotos que cada una de ellas era aun más explícita que la anterior. Lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras su mente se negaba a aceptar la traición. Sintió un nudo en el estómago y el corazón le latía con fuerza, como si fuera a romperse. Su esposa, con la cual habia pasado ya 6 años de casados le habia sido infiel. Todo su mundo se vino abajo en un par de minutos.