Capítulo 3 "Trás los arbustos"

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Max:
Una y otra y otra vez intento moverme pero nada, mi cuerpo no responde y el pesado manto de la noche comienza a decaer, aun no lograba descifrar que me había ocurrido para que no me pudiera mover, tal vez una caída desde un lugar alto y me rompí la columna vertebral con la misma caída, la cuestión es que había pasado todo el día despierto sin poder mover más que los ojos, literalmente me había cocinado vivo con el sol del mediodía y estaba tan cansado del sonido de las malditas aves que estuve a punto de arrancarme los oídos si hubiese tenido la oportunidad.

La noche trae consigo la oscuridad y el manto nocturno se tiñe de estrellas y la luna apenas visible dado que se encontraba en la face conocida como: "luna nueva" proporcionaba mucha más oscuridad al ambiente.

—Chicos es por aquí —escucho a lo lejos la voz de una niña. Que raro.

—Julia ¿estas segura de que por aqui lo viste?, ¿no será otras de tus mentiras? —habla esta vez un chico que por su voz sentia que era un poco mas mayor que la niña.

—No, en serio te lo juro, vi a un chico muerto por algún sitio cercano a donde estamos.

Por un momento pensé que se referían a mi, que idiotez yo no había visto a nadie rondando por está zona y si lo hubiera visto hubiese gritado por ayuda, aunque no estaba muy claro de que pudiera hacer esto último. De todas maneras lo voy a intentar:

—Aquí estoy, ayúdenme —intenté gritar lo más fuerte que pude pero apenas lo que salio de mi boca fue un susurro casi imperceptible hasta para mi.

De todas maneras seguí intentándolo hasta que mi voz no pudo acompañarme y de un momento a otro la chica dice:

—Esperen. ¿Escucharon eso?

—Julia estas muy paranoica, nos vamos, ¿vienes con nosotros o te quedas?

—Son unos cobardes, yo me quedo.

—Has lo que quieras, nosotros nos largamos.

Mientras que escuchaba la conversación pude suponer que no se encontraban tan lejos de mi, intente mover la cabeza a un lado y casualmente pude hacerlo y a mi lado había un gran arbusto tupido y entramado, supuse que las personas que estaban hablando se encontraban del otro lado. De reojo pude observar una luz que se encendió cerca de donde me encontraba y con mucho esfuerzo logre pronunciar un "Ayúdenme" lo suficientemente alto para que me escuchara todo el que estuviese cerca.

—¿Hay alguien ahí? —pregunto la chica con un ápice de miedo en la voz.

—Si, ayúdame por favor —respondí con la poca voz que me quedaba.

—¿Donde estas?

—Aquí —intente pronunciar en voz alta pero apenas salió un susurro.

Nuevamente veo de reojo y percibo que la luz se aproxima aún más a mi posición y de entre las ramas salió una hermosa joven que no parecía mayor a 15 años, era rubia llevaba el pelo suelto y vestía con atuendos un tanto extraños, osea en este tiempo ¿quien llevaba una capa color verde sin que lloviera? Por lo demás me pareció muy hermosa la joven a primera instancia.

—¿Te encuentras bien? —se apresura a decir la chica cuando está cerca de mi—, permiteme.

Coloca sus manos encima de mi pecho y cierra sus ojos, comienza a tararear una melodía y de sus manos un brillo tenue se hace presente. Un gran alivio se siente en mi pecho mientras que la chica continúa tarareando esa hermosa melodía, se veía preciosa con el tenue brillo en sí rostro.

En estos momentos me estaba cuestionado mis gustos, desde hace tiempo me consideraba gay pero ahora me llamaba la atención esa chica, ¿será que soy bisexual? Joder que problema el mio, definitivamente me gustaba la manera en que se veía la rubia.

De un momento a otro deja de tararear y sus manos volvieron a tomar el color que tenían, la chica comienza a palidecer y cae desmayada a mi lado. Antes de que tocase el suelo muevo rápidamente mis brazos y la agarro. Ya me podia mover, que raro, la chica hizo que recuperará la movilidad y ahora se encuentra dormitando en mis brazos, realmente la chica era muy bella y lucia tierna mientras estaba levemente dormida, mi cuerpo también se sentía cansado o bueno más bien estropeado o entumecido, la verdad no lo sé, me sentía extraño, raro con todo esto. Opté por la opción de intentar dormir aunque sea un poco para así mañana poder moverme y estar descansado.

***
La cálida luz del sol me molesta en los ojos y al no poder aguantar más la molestia los abro, pestañeo un par de veces para intentar acostumbrarme a la claridad del ambiente, ahora que puedo ver mejor me encontraba en un claro de un bosque, la chica seguía durmiendo en mis brazos, al parecer lo que me hizo ayer la dejo muy agotada.

Me levanto del suelo y comienzo a moverme, antes de salir del pequeño claro giro y veo a la niña rubia aún durmiendo plácidamente, no puedo dejarla aquí, no después de lo que hizo por mi.

Me acerco y paso una mano por sus muslos y otra por detrás de su cabeza, la levantó y comienzo a avanzar aún recuerdo como la llamo aquel muchacho, Julia, un lindo pero raro nombre a mi parecer. Caminar con la chica en brazos por un suelo desnivelado y lleno de hojas que ocultan posibles agujeros no es tarea fácil, la chica de remueve incómoda y pasa una mano por mi nuca y la otra la deja caer, me apoyo con ayuda de mi pierna y la acomodo en su vientre, ella nuevamente mueve su mano esta vez la posa encima de su pecho y conforme con la posición que escogió continuo la marcha.

El sol comienza a ascender más y más calentando el ambiente y haciendo que los rayos penetraran la entramada copa de los árboles, la chica nuevamente mueve su mano y está vez la lleva junto a la otra pero en sentido opuesto, como si se estuviera abrazando de mi, a paso lento percibo el sonido de algún animal o algo moviéndose y ignorando la presencia de algún tipo de peligro continuo la marcha, no pasan ni cinco segundo hasta que noto la presencia de dos hombres armados con lanzas y cuando intento correr me doy cuenta de que es demasiado tarde.

Me tenían completamente rodeado.

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