CAPÍTULO 70 Partida doble

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Travis no sabía que decirle, Taylor veía que algo andaba mal, pero el leer el mensaje de su amigo Ross no era algo bueno, estando en la condición que tiene su esposa, un susto enorme embarazada no iba a ser ideal, así que debía ser cuidadoso con lo que iba a decirle.

—Tay...—

—Travis, por favor, no me asustes, ¿Qué pasa?, ¿Es por Selena?, dime—

—Creo que ella está algo mal—

—No me digas eso— su corazón volvía a dispararse en latidos acelerados.

—Tay, calma, no es nada grave, no por ahora— trata de calmarla, pero al parecer las palabras que eligió para contarle no fueron las correctas.

—No estoy entendiendo nada, Travis, ¿Qué pasa? — se tocaba el pecho, nerviosa.

—Es algo que no puedo decirte yo, debe ser ella— no iba a invadir su privacidad.

—Dios, que susto me estás metiendo, esto me molesta Travis, me molesta mucho, ¿No puedes decirme y ya? — dijo enojada.

—Taylor, no, entiende, ella lo hará— seguía tratando de calmarla.

—Ok— se cruzó de brazos molesta.

—Nena, por favor—

—¿Qué tal si algo grave tiene y no me dices? — dijo llorando. —Travis, ella es como una hermana para mí, es la madrina de nuestros hijos, ¿De verdad quieres hacerme sufrir con esto? —

—Tay, calma— trataba de contenerla, pero ya estaba demasiado alterada. —Por favor, el bebé, tienes que calmarte, no pasa nada grave, ya te dije— la tomó de los brazos. —No quiero que te alarmes nena, calma, primero, lo que va a pasar es que vamos a ir a casa, segundo, veremos—

—Ok— trató de calmarse.


Llegando a la ciudad de Kansas, el clima era agradable, ya no hacía tanto calor como en el mes anterior, Travis veía como es que Taylor se la pasó todo el camino mirando por la ventana, estaba molesta, eso era notorio, tal vez debió ahorrarse contarle ese mensaje tan extraño de Ross y esperar a tener más información, así su esposa no estaría alterada de una manera ansiosa y nerviosa.

Taylor miraba por la ventana del vehículo, no quería enojarse con Travis, entendía que él no le contaba las cosas del modo que quisiera para no alterarla por el embarazo, pero, aun así, al no contarle, obviamente su mente iba a estar volando e imaginando escenarios tan caóticos que eso la iba a tener intranquila el resto del camino y hasta que averiguara que es lo que le pasa a su mejor amiga, trataría de no hacerse ideas tan extrañas, respiraría y lo que pasara.

—Trav— ella volteó a verlo, luego de varios kilómetros sin decirle una sola palabra. —Lo siento—

Él sonrió, comprendía perfectamente lo que Selena significa para ella, así que entendía la preocupación tan apresurada que tiene, no podía enojarse, después de todo, él tuvo la culpa por decirle algo en un momento nada oportuno. —Está bien— tomó su mano y la jaló un poco para poder acercarla a él y abrazarla, besando su cabeza.

—Seré paciente, lo prometo— se acarició el vientre. —Tan solo, espero me revele bien que es lo que pasa— quería dejar de hacerse teorías locas y raras acerca de lo que pudiera estar pasando con su amiga, odiaría que el lupus estuviera ahora atacando otra parte de sus órganos o alguna cosa que fuese todavía más de gravedad, así que, respiró profundo y se recargó en el hombro de su esposo.

Al oírla suspirar, se sintió culpable, no debió decirle nada, o al menos, pensar mejor sus palabras. —Ella te llamará, lo sé— besó su cabeza. —Debo cuidar mejor mis palabras, hay que proteger al bebé— puso la mano en su vientre, acariciando en forma circular de manera suave.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora