Realmente no había mucho que explicar respecto al de cabellos púrpura. Ya que siempre en las noches acostumbraba deambular por toda la pizzería. Después de todo era literalmente su recinto.
Y su noche iba completamente tranquila, y silenciosa, el tiempo se perdía en el silencio. Como el sonido que se ahoga en el espacio infinito.
Y hubiese seguido así. De no ser por el fuerte estruendo de los zapatos propios y del castaño. A decir verdad, primero sospecho de que era Chica o Foxy, pero no. Conocía bastante bien la forma de caminar de su pareja, por lo cual después de escucharle unos momentos supo que era el oso. Y bueno, si nadie estaba por aquellos rumbos. Era mejor que aprovecharan para pasar tiempo juntos.
Poco esfuerzo necesitó para vislumbrar la sombra del oso, ya que... era la única sombra con orejas redondeadas y un sombrero de copa. Y vaya suerte que llevaba el conejo, que el de orbes celestes estaba dándole la espalda, así que lo más sigilosamente que pudo se acercó y abrazó al contrario por la espalda deslizando sus brazos por la cintura de éste.
-Freddy. ¿Donde diablos te metes?~ ya son muy pocas las veces que te veo.~ ¿A caso no te gusta estar conmigo? -
Mencionó en un tono que sonaba a intento de infantil, que en cierto nivel contenía un leve tono de falsa modestia.Un escalofrío le recorrió por toda su espina dorsal, se erizó levemente y ni tiempo le dio de voltear, para nada, el de cabellos lavandas le había interceptado y, bueno, nada. . . Freddy quería encontrarlo, no que lo encontraran a él, pero igual, no le molestaba, por el momento, no.
-L-lo siento. -Añadió -. Aveces yo me pierdo por acá. . . -Y ciertamente así era, no mentía, aunque, los brazos en su cintura, hacía que se sintiera algo, ¿raro?, tal vez, pero no se alejaba, ni un poco.
Se volteó un poco sin alejarse del conejo, y esbozó una suave sonrisa.
-Al menos ya estamos aquí, ¿no es así?.
Quizá no estaba consciente de lo que le ocurría a Bonnie, pero fuese lo que fuese, pronto se daría cuenta.
Total, Freddy era algo despistado, y eso no era para nada una virtud.-Oh... Tal vez sería mejor no estar aquí precisamente.~ -
Simplemente dejó que sobre su pálido semblante se mostrara una sonrisa de oreja a oreja, que dejaba al descubierto justo lo que sentía en ese momento, la oscuridad, la pizzería sin tanta vigilancia, Foxy y Chica en algún lugar, el armario con la cama, sin duda esa noche sería algo interesante, al menos para el de ojos color carmín.
-¿Qué opinas darling?~ ¿Sabes siquiera a lo que me refiero?~ -
Se aferró un poco más a la cintura del de cabellos oscuros sintiendo lentamente como sus caderas se juntaban. Una sensación de calidez le invadía sus nervios, desde la cabeza hasta los pies, los sentimientos dominados por lo que comenzaba a ser un deseo. El impulso se hacía presente y comenzaba a exigir.
-Freddy, te amo.
Te has ganado mi corazón. Mi cuerpo, mi mente. Eres mi nueva necesidad, mi adicción. ¿Hasta donde iremos esta noche? -
Volvió a apoyar su cabeza en el hombro del oso, el escenario, bañado en oscuridad, la respiración ajena y la propia coordinandose. ¿Cuánto más podría soportar el conejo?Por primera vez en ese día sus mejillas se sonrojaron, sus pómulos estaban algo calientes por lo antes mencionado por el ojirubí, esa noche, el conejo quería más, y sabía a qué se refería, solo que, se había quedado en un leve shock, movió un poco sus orejas, y soltó una suave risa nerviosa.
-Bonnie, debes estar bromeado, ¿no?. . -
Interrogó de forma baja queriendo observarle a los ojos pero, estaba viendo solamente su cuello, su tez blanca, tan suave y perfecta ante sus ojos, su tentación a tocarla era bastante, pero no quería un detonante. . . Por el momento.
-También te amo, con todo mi ser, pero, ¿quieres llegar más lejos?. . . -
Más que nada, era una pregunta para sí mismo que para el menor. . .
Freddy no estaba seguro.-¿A caso piensas que soy alguien a quién no se le debe tomar enserio?~ Eso es cruel Teddy~ -
Si, no leyó mal. Le había dicho Teddy.
Cada vez que se movía, cada palabra, cada suspiro y respiro del contrario eran una bella sinfonía para el menor, no había duda de que estaba seguro, quería quemar el deseo que tenía en el contrario, sentirlo, abrazarlo, besarlo.
Tocar cada parte de su cuerpo. Sentir que sus cuerpos se volvían uno, sin embargo si el oso no. aceptase no objetaría.
-Si la pregunta es para mí. Creo que ya es obvia para este punto mi repuesta. Lo que siento en estos momentos, lo que quiero que pase entre nosotros.~ Pero no me comportaría así si no estuviera seguro. ¿No crees?~ -
Sabía en cierta manera que el castaño dudaba así que simplemente le soltó, y volvió a tomar una distancia adecuada.
-Freddy. . . -
Soltó el nombre del mayor, dejando que este se quedase flotando en el aire. Y después en un rápido y certero movimiento le dio media vuelta al oso para que quedasen cara a cara y se pudiera apreciar una mirada tierna, pero confiada dibujada en el rostro del de cabellos morados.
-¿Y tú? ¿Estás seguro?~ -
Tranquilamente y con delicadeza; como si se tratase de un cristal demasiado fino. Se acercó a los labios del mayor, tan sólo para plantar un tierno beso en ellos, así esperaba el poder expresar sus sentimientos al castaño con más facilidad.Por un momento vio esos orbes escarlatas que tanto le enamoraban, que tanto admiraba, que tando apreciaba y deseaba que solo lo vieran a él de esa manera que solo el conejo podía brindarle, cada vez màs seguro de lo que le proponían, quizá, quizá aceptaría, estaba demás el decir que tenía miedo, Freddy tenía miedo, pero no le importaba ya si era con su amado conejo, ¿cierto?. . .
Esos momentos le fueron rápidos que, sin dudarlo, le estaba correspondiendo a aquél beso de manera fugaz; un sentimiento mutuo representado en aquél bello tacto, quizá algo lento y pausado en el principio, pero aún mantenía esa alegría interna de tener al de cabellos violetas con éste, rodeó el cuello del menor con sus brazos para apegarse a éste.Ahora se jodía porque no se iba a separar.
Bastó para que los minutos pasaran y Freddy se separara de manera lenta, sus mejillas estaban cientes, sonrojado, bajó la mirada, ¿desde cuándo era tan. . . Sumiso?. . .
-Bonnie. . . -Musitó, y luego añadió: -Ámame. -Le observó ahora directamente a los rubíes._______________________________________
¡Gracias por leer! Esperen la parte dos de la mini novela mientras yo publico más.~