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★Capitulo VI★

Desde niña tuvo visiones, o mejor dicho recuerdos. Recordaba con dificultad su vida pasada, sabía que era su vida pasada por qué se podía ver a ella, muriendo por un hombre al cual no le podía ver el rostro tal y como aquel chico que creía que era el amor de su vida tal vez. Solo sabe que en su otra vida era alguien de dinero, alguien que tuvo una buena vida, pero ahora...

¿Estoy pagando algún pecado de aquella vida? Se cuestionaba la castaña mientras se encontraba quitando hiervas malas de su jardín de rosas blancas, que raramente últimamente estaban creciendo.

—¿Ya no estás enojada?—volvio a escuchar por tercera vez aquella pregunta por parte de Chimo.

Llevaba rato molestandola, no, mejor dicho... desde que aquella pelirroja se había marchado, el moreno trataba de quitarle su mal humor a la chica, pues no le agrado para nada que el chico se dejará besar por una chica en su casa, aunque haya sido en la mejilla.

—No se quedarán en mi casa, serán un estorbo—comento la castaña.

—Solo fue un beso en la mejilla, malo si hubiera sido en la boca—dijo Chimo restándole importancia a lo mencionado por la castaña.

—Ya te dije que eso no me molesta—dijo sin interés la chica saliendo de su jardín siendo seguida por Chimo para entrar nuevamente a su casa.

—TN—llamo el azabache, pero nuevamente fue ignorado.

—Vivo solo desde hace 8 años—empezo a relatar la castaña—Pero a pesar de eso, mi casa es muy pequeña para cuatro personas, si dejo que alguien se quede aqui, nada más seria la señorita Eva... Y.

—¿Y?

—Y tú.

Chimo se mantenía callado, observando detenidamente la expresión de la castaña, no estaba molesta, se notaba con cierto aire melancólico, algo la molestaba y quería ayudarla. Sin pensarlo dos veces se acercó a ella y le tomo sorpresivamente su mano con poca fuerza, tal acción sobresalto a la morena.

—¿Te lo dije antes no? —dijo Chimo frunciendo ligeramente el ceño con preocupación—No nos quedaremos mucho tiempo, tenemos que buscar solo un objeto y nos iremos de aquí, pero necesitamos tu ayuda.

—Pero no me has dicho en qué necesitas mi ayuda, cuando ibas a decirme fuimos interrumpidos.

—Si te dijera no me creerias—menciono Chimo entrelazando sus manos. Dudo unos segundos en lo que iba a decir, pero recordó algo que le dijo TN en su otra vida, cuando a penas se estaban conociendo.

“Si tienes algo que decir, dilo. No sabes si mañana estaras con vida”

Era rara a veces, nunca entendía a qué se refería en ocasiones, tal vez le quería decir que ella estaba enamorada de él o solo sean ideas suyas, pero tenía razon. Así que tomo valor y hablo;

—Tú y yo... Tenemos historia...

—¿Historia?

Chimo fue acercando su rostro a la de la castaña con lentitud, provocando un sonrojo en ambos, pero ninguno se alejaba, necesitaban estar cerca. No quería perder su última oportunidad de estar cerca de ella.

Por ti || Secuela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora