Minji tuvo que pedirle perdón a Sunan por haber reaccionado tan violentamente, pero al parecer la menor no quería acercarse demasiado an ella porque se escondió detrás de Haerin todo el tiempo que duró la salida.
Minji no podía echarle la culpa, ella misma sabía que a veces daba miedo cuando se enojaba.
Haerin hizo como que nada había pasado, sin embargo, era bastante obvio que estaba un poco incómoda por la situación.
Cuando llegaron a la última atracción, la rueda de la fortuna, Chaewon miró a sus amigas con una ceja enarcada.
—Yo iré con Yunjin —comentó Chaewon tomándole la mano a su novia.
—Yo iré con Hyeinnie —Hanni abrazó el cuello de Hyein, sonriendo.
—Bueno, yo iré con Min- ¡AH! —Hanni le pisó el pie a Danielle, fulminándola con la mirada—. Con Sunan, quise decir —le sonrió a la vietnamita—. Ya saben, es necesario conocernos mejor y todo eso. Oye, Sun, ¿sabías que los conejos planean la dominación mundial?
Haerin asintió, sin mirar a nadie, sabiendo que le tocaba con Minji, quien tampoco dijo algo para negarse.
Así que cuando fue su turno de subir, lo hicieron sin discutir.
Afortunadamente, esta rueda de la fortuna era con asientos cerrados, por lo que Haerin no estaba tan asustada cuando entró. Ambas se sentaron una al lado de la otra, esperando que el juego iniciara, sin decir cosa alguna.
—Lamento como reaccioné antes —murmuró Kim de pronto, sin mirarla.
—Está bien —la voz de la menor era suave—, yo tampoco aclaré quién era Sun —se encogió de hombros—. Es sólo que... no quería que hicieran muchas preguntas.
Minji mordió su labio inferior, volteándose a mirarla. Haerin estaba observando el cielo con una sonrisa tierna.
—Entonces... ¿Sunan? —preguntó sin querer presionarla—. No se ve mucho menor que tú.
Haerin la miró, y Minji quedó prendada de sus ojos, sin poder alejar la vista. Había olvidado lo preciosa que era Haerin, y ahora sentía ganas de tenerla en sus brazos y nunca soltarla.
—Han sido... unas semanas un poco agitadas. He conversado mucho con mamá, me contó... Me dijo varias cosas —soltó una risa nerviosa, y Minji, de forma impulsiva, le tomó la mano—. Su esposo se llama Daewon, era un antiguo compañero de la secundaria de quien estuvo siempre enamorada. Sun es su hija.
—Pero aun así...
—Supongo que no puedo recordarlo, pero mamá me dijo que nunca perdió el contacto con Daewon, y en uno de sus encuentros... Bueno, quedó embarazada de Sun. Yo tenía tres años, así que no tengo memoria de eso —Hae suspiró, dándole un suave apretón—. Mamá me dijo que conoció a su esposo luego de separarse de papá, pero no fue así, sólo lo dijo para no ponerme más triste de lo que ya estaba. La realidad es que... mamá y papá nunca se quisieron, y Eunsoo y yo fuimos sólo una tortura para ellos.
—No digas eso —Minji la miró, impotente—. Tu hermana y tú jamás serán una carga, una tortura. Eunsoo era una persona maravillosa por lo poco que pude conocerla, que siempre estuvo preocupada de ti y quería darte lo mejor. Y tú, Rinnie, eres...
—Una niñita caprichosa e infantil —hizo una mueca.
—... eres un sol —habló seriamente, y la menor enmudeció—. Eres una persona demasiado hermosa para este mundo.
Las mejillas de Haerin se tiñeron de rojo, pero no desvió la vista, siguió mirando a Minji, sintiendo su corazón acelerarse por la intensa mirada de la muchacha.
—Dijo que Daewon se hizo cargo de Sunan, por eso no la conocí —prosiguió Haerin acercándose a ella—, y cuando mamá se fue, pasó mucho tiempo buscándolos hasta que los encontró —tomó aire, sonriendo tristemente—. No puedo echarle la culpa a mamá, digo... el amor a veces se acaba y no puedes hacer nada, ¿no es así? Abandonarnos no estuvo bien, va a tener que cargar siempre con eso, pero querer alejarse de papá porque no lo quería... fue lo mejor, al fin y al cabo.
Minji le acarició el cabello mientras la rueda de la fortuna se detenía, y ellas quedaban casi en lo más alto, pudiendo observar todas las luces de la ciudad desde allí, el oscuro cielo cubierto de nubes. Como estaban en invierno, pronto iba a comenzar a nevar.
Haerin la abrazó por la cintura, recostando su cabeza en su hombro.
—¿Qué harás para Navidad? —preguntó Min.
Navidad sería en una semana, y luego, el dos de enero, iba a irse a Estados Unidos. Moría por decirle eso a Haerin, sin embargo, no se veía capaz de hacerlo, de ver su mirada triste.
—Mamá quería invitar a Daewon a conocerme —dijo en voz baja—, además, quiere presentarme a mi otro medio hermano, Junjun.
—¿Junjun? —Jennie le dio un beso en la frente, sin soltarla un poco—. Suena a nombre de perro.
—¡No seas cruel, Minji! —regañó ahogando su risa contra el pecho de la azabache.
Minji dejó salir una pequeña carcajada.
—Me da la impresión de que... de que estás pensando en irte a Osaka con tu mamá —comentó Minji sintiendo su estómago revuelto por esas palabras.
Haerin levantó la vista con el rostro ruborizado.
—Sí —admitió en voz baja—, claro que sí, digo... es mi mamá, sé que quiere hacer las cosas otra vez conmigo y no dejarme de nuevo. Sé que se está esforzando en ello, pero...
Haerin se quedó en silencio unos segundos, pero antes de que pudiera preguntarle qué pasaba, los labios de Haerin estaban sobre los suyos en un beso suave, dulce y tierno, sin segundas intenciones.
Minji le devolvió el beso al sentir la cálida boca de Haerin contra sus labios, sintiendo su corazón latiendo a mil, sintiendo como todo parecía agitarse y sentirse bien siempre y cuando Haerin estuviera entre sus brazos.
La menor se alejó, sonriendo tímidamente.
—Pero no quiero dejarte, Minji —terminó de decir en un susurro—. Sé que tú y yo podemos tener otra oportunidad, y no quiero... no quiero desperdiciarla. Te quiero demasiado para eso, entonces... entonces si me voy, lo nuestro puede darse por terminado, y no quiero eso. Podemos ir lento, para mí está bien, no me importa cuánto avance nuestra relación siempre y cuando te tenga a mi lado.
Estados Unidos. Beca. Viaje. Dos semanas.
Las palabras murieron en su boca.
—Una... una relación a distancia podría funcionar —murmuró débilmente.
Haerin frunció los labios.
—Sí, pero... pero no podría soportar estar lejos de ti tanto tiempo —le dio otro beso suave, sin dejar de abrazarla—. Me gusta verte todos los días, verte sonreír y enojada y disgustada con todo el mundo. Si me fuera, no podría hacerlo, y estaría muy triste todo el tiempo.
Minji la abrazó, sintiéndose culpable, enferma, por no ser capaz de decirle la verdad a Haerin.
El juego volvió a andar.
Y Minji le aseguró que si su relación iba lenta estaba bien para ella.
¡Gracias por leer!
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novia de alquiler; catnipz
RomanceKim Minji odia las cosas del amor, y sobre todo, las novias. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan amargada, así que decide "alquilar" a una chica con una preciosa sonrisa, Kang Haerin, para que sea la novia de...