Capítulo 45

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Su mamá estaba ya con un ataque de histeria mientras tomaba del vaso de su café, sollozando a pesar de que todavía no se fuera.

—Mamá, el avión no sale en dos horas —le dijo con exasperación.

—¡Cállate! —lloró limpiando sus ojos—. ¡Vas a dejar a tu madre sola, triste y abandonada!

—Mamá, sé que te estás viendo con el vecino, las paredes de la casa son delgadas.

—Ay, al menos ya no tengo que darte esa noticia —su madre se limpió las lágrimas, echando su cabello hacia atrás en un gesto de diva—. Vamos, Chaewon, arréglame que se me corrió el maquillaje.

—Como diga, señora.

—Y tú, chica alta, ¿te sirvió la crema que te mandé?

—Sí, señora, ahora su cuello es más suavecito —contestó Hanni sonriendo.

—¡Hanni!

—Suavecito y apretable —agregó Marsh.

—¡Danielle!

Minji no quería saber qué se traían esas tres, así que sólo rodó los ojos, viendo por décima vez el boleto de su avión mientras su mamá iba al baño con Chaewon hablándole sobre maquillaje o algo así.

—Creí que Haerin vendría —dijo Hanni de pronto, mirando por el enorme pasillo.

Minji sintió una punzada de culpa en su pecho.

—Nos despedimos anoche —mentira. No se habían visto desde la noche de Año Nuevo—. No quería venir, ya sabe como es Haerin. Ahora estaría llena de mocos y lágrimas.

Hanni suspiró, negando con la cabeza, para luego mirar a Hyein.

—Iré a comprar algo para comer, ya vuelvo —dijo marchándose.

Hyein refunfuñó una respuesta, todavía molesta, y Danielle comenzó a estirarle las mejillas para tratar de relajarla aunque estaba logrando todo lo contrario.

—Recuerdo cuando eras sólo una mocosa gruñona y odiosa —dijo Yunjin fingiendo limpiarse una lágrima—. Ahora ya no eres una mocosa.

—Voy a matarte —murmuró Minji, distraída totalmente.

De alguna triste forma, también esperaba que Haerin apareciera de pronto, se lanzara a sus brazos y le llenara el rostro de besos, chillándole al oído como solía hacer, riéndose y haciéndola reír.

Pero sabía que era imposible, porque Haerin seguía sin saber nada.

Y no importaba cuanto se lo repitiera, Minji no podía convencerse de que la decisión que había tomado fue la correcta.

***

Haerin bostezó, retorciéndose entre sus sábanas, viendo la hora antes de contestar a la llamada. Eran las diez de la mañana, ¿quién la podía estar molestando?

—¿Hola? —preguntó media dormida.

—Nunca espero nada de ti, Haerin, y aun así logras decepcionarme —dijo a modo de saludo Hanni.

Frunció el ceño, confundida, y se enderezó.

—¿Qué hice ahora? —bostezó, cansada.

¿Cómo qué "qué hice ahora"? —le imitó fastidiada—. ¡Deberías estar aquí!

Arrugó más las cejas de ser posible, saliendo de la cama. Ya que la habían despertado, debía aprovechar para tomar desayuno.

—Um, Hanni, ¿aquí dónde? —cuestionó bajando las escaleras.

novia de alquiler; catnipzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora