A pesar de mis lesiones, pude dormir bastante bien.
Sasuke no se pasó por aquí ni por error. Los analgésicos han hecho su trabajo y son los culpables de que sean las doce del medio día cuando por fin pude abrir mis ojos.
Con dificultad me levanto al baño y me arreglo un poco para salir decente. No he escuchado ruidos por lo que es probable que se hayan ido a trabajar.
Mi estómago protesta recordándome que no he comido en muchas horas y la medicación podría afectarme.
Cuando entro en la cocina no esperaba encontrarme a Karin. Pienso en las palabras adecuadas para empezar la conversación, no quiero que me vea como una enemiga, a lo mejor soy una intrusa pero no espero arrebatarle nada.
- Es buena hora para levantarse - sus palabras parecen casuales pero tienen un tinte negativo.
- La medicación me da mucho sueño. Supongo que recuperarse de un disparo requiere de toda la energía - mi idea inicial era callarme y enterrar el hacha de guerra pero aunque sea dueña de una parte de esta casa, no le da derecho a hablarme así.
- Sé que Sasuke no te lo va a decir así que ya lo hago yo, aquí todos curramos y no podemos hacerte de niñera. Si vas a estar aquí tienes que colaborar - dejó la taza en el fregadero y se fue.
En el aire aún quedaba algo de olor a café. No pretendía que nadie me sirviera, seguro lo dice por mi estatus social. Lo último que yo querría es dar trabajo pero al parecer es demasiado pedir compasión en mi situación.
Dejo la muleta aún lado e ignoro el dolor en mi pie. Con mi mano sana intento hacer algo para comer mientras pienso sobre ideas de cómo ser autosuficiente por lo menos hasta que me pueda mover libremente.
Después de preparar un chocolate en polvo y algunas galletas, me dirijo a mi habitación provisional y busco mi teléfono.
La conversación con mi padre es corta. Me siento traicionada porque tengo la sensación de que me ha abandonado a mí suerte. Él lo arregla alegando que es por mi bien, que nadie se imagina donde me encuentro por lo que tendría que estar segura.
Lo hago compensarme buscando a una persona de confianza para que me ayude a ducharme y a preparar las comidas. No creo que les moleste ya que será una ayuda para ellos también.
.
Dos horas después suena el timbre y me pregunto a quién habrá enviado. Mis dudas se aclaran cuando veo a la mujer de cabello negro en el umbral.Apenas abro la puerta, se abalanza sobre mí y solloza un poco ¿Cómo no me acordé de esta mujer? Ha presenciado todo lo bueno y malo a través de mi matrimonio, me ha dado su consuelo y ha cuidado de mí en estos años.
Le devuelvo el abrazo porque sienta bien que se preocupen por tí y la invito a pasar.
- Gracias a Dios estás bien. Cuando tú padre me llamó y me contó... no debí dejarte sola - se tapa la boca - perdóname - me aprieta la mano en señal de consuelo.
- No tengo nada que perdonarte. Sasori es un psicópata, si hubieras estado podría haberte ido peor que a mí - bloqueo las imágenes que se forman de Shizune lastimada y me obligo a cambiar de tema - Necesito tu ayuda, ahora mismo no puedo moverme libremente y no quisiera ser un estorbo para Sasuke y Naruto. Ellos me han acogido muy bien y no quiero que tengan problemas.
- No te preocupes, yo cuidaré de ti ¿Has comido ya? - y como si me estómago respondiera, sonó de repente. Sonríe un poco y se levanta - pues me pondré manos a la obra. Deberías acostarte un poco, cuando esté listo te lo llevaré.
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Equivocada
Romance"El dinero y el amor son dos cosas esenciales para un matrimonio"... justo en ese orden. Esas eran las palabras con las que había crecido Sakura. Si se acaba el primero, el segundo se evaporará inmediatamente después. Rodeada de la clase alta, donde...